La
Delegación del Gobierno en Ceuta no ha dictado aún sanciones económicas por pernoctación de trabajadores transfronterizos, medida que no obstante puede llevarse a cabo si se producen incumplimientos de la normativa vigente.
No se puede argumentar desconocimiento, puesto que se ha difundido por todos los canales y medios de comunicación la imposibilidad de que, como ocurría antiguamente, estas personas puedan dormir en Ceuta salvo casos excepcionales que deberían estar fundamentados y legalizados.
Los apercibimientos son a criterio de la
Policía Nacional que sí ha intervenido ya en varias ocasiones advirtiendo de las posibles denuncias que pueden dictarse tanto para el empleador como para la empleada o de las consecuencias que dicha actitud pueden darse en el ámbito de extranjería, lo que puede derivar en la pérdida de papeles que sería la decisión más sangrante para quienes han conseguido volver a la rutina laboral. Esa pérdida de papeles se materializaría en el dictado de una orden de prohibición de entrada en territorio nacional con la retirada de la tarjeta que habilita para el acceso a la ciudad autónoma.
Los controles se están haciendo por parte de la Policía para detectar que no se produce una bolsa de pernoctación ilegal, algo que en su día tantos problemas generó ya que existía una población que fue denominada como ‘fantasma’ porque estaba ajena a cualquier control en el trasiego diario transfronterizo.
La Policía verifica el movimiento de los hombres y mujeres extranjeros que laboran en la ciudad, registrándose la notificación de no haber salido en el día en el que le correspondía.
Tal y como han confirmado fuentes de la Delegación del Gobierno a este periódico, hasta ahora “no existe constancia de incumplimientos reseñables en torno a la pernocta de transfronterizos” insistiéndose en el mensaje que se dejó claro desde la reapertura de la frontera el pasado mayo y la posterior entrada de transfronterizos tras obtener el visado: “La pernocta no está permitida en el contexto de
trabajadores transfronterizos”. Hacerlo constituye una infracción grave del artículo 53.1 de la Ley Orgánica 4/2000.
El número de trabajadores regularizados es 839
Lo que sí existe son “contratos de transfronterizos con horarios nocturnos que al igual que los diurnos deben volver a
Marruecos una vez finalizada la jornada laboral”, especifican desde la administración central. Dichos contratos se aplican en sectores profesionales muy concretos y fue una medida consensuada entre la Delegación y las entidades representativas empresariales sobre todo asociadas al sector hostelero.
En la actualidad, el número de transfronterizos regularizados asciende a 839, de los que 649 son mujeres que trabajan en hogares de nuestra ciudad. Un número mucho más bajo del que existía antes de 2020, fecha en la que cerró Tarajal por la pandemia del coronavirus.
Los criterios establecidos en la normalización de los contratos han llevado a que muchos empleadores no los hayan renovado, amén de que toda aquella bolsa de mujeres que accedía a Ceuta sin estar regularizadas para trabajar en casas ya no lo puede hacer al no disponer de los permisos consensuados entre España y Marruecos y controlados a través del Consulado de Tetuán en coordinación con la oficina de extranjería.
Las claves
Control sobre las estancias La Policía controla que no se vuelvan a repetir las imágenes de un paso en el que había una bolsa importante de trabajadores transfronterizos que se quedaban a dormir en Ceuta, entraban los lunes y se iban los sábados. Todo sin control.
Menos afectados: 649 mujeres Dentro de los distintos contratos que han permitido la regularización de los transfronterizos, solo figuran 649 de mujeres que prestan servicios en las casas.