Han hecho miles de kilómetros, con sus familias y enseres a cuestas, en dirección a
Marruecos. El objetivo es pasar las vacaciones en familia y si para eso tienen que cruzar de uno a otro continente lo hacen. Ellos son los hombres y mujeres que están detrás de las cifras de la
OPE y que todavía, en buena parte, eligen la ruta de Ceuta para
cruzar el Tarajal y llegar a su lugar de origen. Lo hacen a pesar de las informaciones negativas sobre la frontera, sobre las artimañas del famoso Tarek capaz de bloquear a cientos de vehículos como hizo días atrás o el absoluto abandono con el que se topan al desembarcar.
Los vehículos que salen de los barcos se pierden en una ciudad sin señalización orientativa hacia la frontera. Solo hay una señal pequeña en la nueva rotonda del puerto y ninguna que incluya leyendas en árabe como sí hay en otros puntos de España enmarcados en la ruta de la OPE. Muchos son los vehículos que nada más desembarcar se pierden sin saber el camino que deben seguir hacia el Tarajal. Si no se ve la señal de la rotonda ya no hay ninguna otra en la dirección. “Es de vergüenza que haya más información en árabe en ciudades como Algeciras, Almería, Alicante, Málaga y Valencia”, denuncia un ciudadano a El Faro, instando desde su queja a la Ciudad y a la Delegación del Gobierno para que, cada una dentro de sus competencias, actúen.
No solo las trabas se encuentran en la falta de información a modo de señales, también en el asesoramiento que se da a los marroquíes, que desconocen que para llegar a Marruecos tienen que acudir primero a la
explanada de Loma Colmenar a recoger el tique.
“Todos van directamente hacia la frontera y después les obligan a dar la vuelta otra vez para recoger el tique”, denuncian. Así es la visión del día a día, coches directos a un cruce sin que nadie antes les haya desviado el camino hacia la explanada porque no hay siquiera una patrulla policial para dar esta información. Tras esto se topan con una explanada en la que permanecerán las horas que determine Marruecos, sometidos a una ralentización de las salidas que no encuentra explicación en demasiadas ocasiones y que termina haciendo un daño directo a la ruta de Ceuta por una serie de inconvenientes sencillos de resolver pero atrapados por una dejación sin explicaciones.