Los polígonos del Tarajal volvieron a registrar una nueva jornada de altercados e incidentes. Afortunadamente no hubo que lamentar daños personales irreparables, pero un policía nacional resultó herido debido a las contusiones que sufrió provocadas por una avalancha de porteadores que entraron a la carrera por el Biutz.
Con el de ayer, ya son tres los agentes accidentados, lo que debe ser entendido como una advertencia de lo que puede acabar ocurriendo si no se ponen medidas para acabar con una situación que empeora día a día. Paradójicamente, cuando peor están las circunstancias en la frontera, más se paga por el paso de bultos y, por lo tanto, más porteadores llegan desde el país vecino. Hasta los propios comerciantes han empezado a participar en el paso de mercancías, según explicaron ayer testigos a El Faro. El hecho de que se esté llegando a pagar entre 70 y 80 euros por bulto hace que muy pocos se resistan a participar en el negocio del ‘comercio atípico’, que en una sola jornada de puede ofrecer unos ingresos que representan el salario de un mes al otro lado de la frontera. De este modo, cada día la situación en los polígonos empeora, haciendo que el riesgo aumente si no se toman medidas. Unas medidas cuya eficacia depende en gran medida de la coordinación con las autoridades del país vecino. Si la cooperación siempre es aconsejable y beneficiosa, lo es aún más ahora, que existe la posibilidad de que acabe ocurriendo una tragedia en la frontera. Tampoco ayudan a devolver la calma los rumores sobre la organización de una supuesta protesta, lo que acarrearía nuevas interrupciones en el tránsito entre ambas países. Es imprescindible la presencia policial para intentar mantener el orden en la zona, pero la solución realmente efectiva pasa por la labor política y el trabajo coordinado entre las autoridades españolas y marroquíes.