Javier [nombre ficticio], docente jubilado residente en Serrano Orive, se topó el último fin de semana de septiembre en una acera en las inmediaciones del Centro de Salud de Recinto Sur con cuatro neumáticos de coche de los que alguien se había desprendido en la zona junto a un microondas.
El vecino llamó a la Línea Verde que la concesionaria del servicio de limpieza pública viaria, Trace, tiene habilitado para que la ciudadanía comunique cualquier incidencia, pero se encontró con que los sábados y domingos no está operativa, así que recurrió a la Policía Local, que a su vez le comunicó que intentaría mover hilos para hacer desaparecer esos residuos de la zona.
Esperó al lunes para dar cuenta del hallazgo, pero esa jornada se encontró en un paseo a “varios jóvenes” dispuestos a ‘jugar’ con los neumáticos arrojándolos por las escaleras de la sede del Colegio de Abogados de Ceuta (COACE) que desembocan en la plaza Carmen Cerdeira, donde “podrían haber causado cualquier desgracia personal o material si se hubieran lanzado”.
Día tras día ha visto cómo las ruedas se han ido diseminando por distintos puntos de la barriada
Con la ayuda de un mando de la Policía Local que, casualmente, pasaba por allí, desistieron de su propósito, pero la ‘burocracia’ no dejó de complicar la historia. “Me han dicho por un lado que Trace no recoge ese tipo de residuos, que debe ser el gestor autorizado, Ecoceuta, o Tragsa, pero yo no tengo los teléfonos de todas las empresas que se pueden hacer cargo”, lamenta el vecino, que día tras día ha visto cómo las ruedas se han ido diseminando por distintos puntos de la barriada.
Al final, antes de rendirse, optó por recurrir a este periódico para denunciar el caso. Ecologista convencido, también está a punto de arrojar la toalla con el reciclaje. “Para depositar en los contenedores específicos la basura desde mi edificio, por ejemplo, tenemos que desplazarnos más de medio kilómetro ida y vuelta, y no somos los peor situados, ya que dicen que colocarlos más cerca no es factible porque no accedería el camión”, lamenta con el recelo de que “si ese vehículo no cabe, difícilmente podrá hacerlo uno de bomberos si se produjera un incendio en bloques que alcanzan las nueve plantas de altura”.