Referirnos al Patrimonio Cultural es citar lo que fuimos, somos y debemos ser para el futuro, conservarlo, cuidarlo y difundirlo es obligación de todo buen Ceutí, no solo por todo lo que representa para el status de la Ciudad, sino por aquello que tiene de beneficioso para el engrandecimiento de propios y foráneos.
Si este patrimonio, según la UNESCO, se divide en material, inmaterial y natural, tanto más para hacer valor de ello e investigar cuanto de lo nuestro podemos encontrar en nuestra Ciudad.
De lo material, que podamos ver y tocar: monumentos, sitios arqueológicos, pinturas, esculturas y manuscritos. El inmaterial: las tradiciones, las costumbres, el traje típico Ceutí y los lazos culturales, entre otros. Mientras que el natural son nuestros paisajes, vistas y áreas protegidas, todo cuanto nos sorprende cuando paseamos alrededor y por el interior de nuestras calles, paseos exteriores y circuitos extrarradio, que tanto disfrutamos y no nos cansamos de enseñar a todos nuestros visitantes.
Este patrimonio, fuente de vida pasada, es el legado que recibimos de nuestros antepasados, que se mantiene en el presente y que se transmite a las futuras generaciones. De esta manera, el patrimonio cultural de un territorio es un bien que transciende en el tiempo y la memoria de sus habitantes y visitantes, por su importancia para reflejar su identidad, preservar sus costumbres y en definitiva contar su historia monumental, artística y cotidiana.
El patrimonio puede ser muy variado y extenso, se diversifica o segmenta según las costumbres, tradiciones y bienes que lo integran e incluye edificios, parques, monumentos naturales, museos, obras de arte, libros y gastronomía.
Revalorizar la cultura del respeto y limpieza de nuestro patrimonio cultural material, proteger el entorno de todos estos atractivos turísticos, cuidar fachadas de edificios, casas calles limpias, no desperdicios ni contaminantes en todos los lugares que poseemos, propios y extraños apreciaran estos valores.
No permitir pintadas en los monumentos históricos, si bien pueden ser áreas de esparcimiento, es deber de todo ciudadano respetarlos para que permanezca su belleza en el tiempo.
Un buen uso es apreciarlos y buscar en la historia el concepto de su construcción para conocer más sobre ellos. Cada uno fue hecho con un propósito y su carga histórica es valiosísima para el respeto de todos.
La protección y conservación del patrimonio se rige por leyes que pueden ser de carácter local, nacional e incluso continental. El reconocimiento de su inventario y actualización constante permitirá todas las intervenciones y diagnósticos necesarios para su conservación, incluyendo planes de emergencia o urgencias en casos accidentales o catastróficos.
Nuestra sociedad, nuestra gente, todos somos responsables de este patrimonio, de aquí la importancia de ahondar en la cultura e identidad de generaciones pasadas, para revalorización como motor económico de nuestro territorio.
Los organismos públicos deben contar con profesionales en historia, arquitectura, arqueología y bellas artes y enfocarlos a la preservación, conservación, divulgación y promoción de estos bienes culturales. Ceutíes de renombre hemos tenido, y tenemos, que destacan constantemente los valores de nuestra Ciudad.
Conservar este patrimonio es fundamental, tanto si están en buen estado o no y su finalidad es protegerlos de toda clase de agresiones naturales o humanas, utilizando un conjunto de medidas y realizando actuaciones que tienen como objetivo evitar y minimizar el deterioro o pérdidas que se produzcan.
Tenemos que sentirnos orgullos de nuestro Patrimonio, es más, alardear de ello, ya quisieran otros pueblos poseer todo cuanto encierra Ceuta, para no ser "la gran desconocida!
Qué sería de esta extensa cultura patrimonial, si cada década o más, un gobierno de turno se dedicara a eliminar todo su pasado, más triste no cabría citarlo y por contra, todo él merecería cuidarlo y exaltarlo.
La sencillez y complejidad con la que habría de tratar este Patrimonio debería ser una ruta con toda la aspiración posible, sencillez por cuanto ya está construido, editado y creado, y complejo por su extremado contenido. Este contexto nos lleva a una rotunda afirmación, "sería un fuerte motor económico para Ceuta, si se tratase con todo el rigor que se merece".
No nos deberíamos ajustar al susodicho "Sol y Playa", ese adjetivo ya es de sobra conocido, pues conscientemente hay que forzar la tendencia hacia lo nuestro, lo desconocido para otros y que en esta Ciudad es preciso resaltar y revalorizar.
Todas las actividades turísticas que se celebran tendrían que incluir los recursos naturales que tenemos, nuestra gastronomía y nuestras relaciones étnicas, ofreciendo así un conocimiento de costumbres y tradiciones, que a poco entender, muchos visitantes lo desconocen y sería preciso considerar como parte de esta industria turística.
Industria que produce riqueza económica y cultural y por tanto debe existir un importante equilibrio entre ellas. Hoy y gracias a la tecnología digital actual es más factible la divulgación de todo cuanto citamos.
* Juan Fernández y Pacheco es miembro de la sociedad de escritores y artistas españoles.
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