Hace unos días nos fuimos a dar un paseo por la Perla del Mediterráneo. Eran sobre las nueve de la noche y comenzamos en la avenida de Otero “junto a Lili”. Justo en ese lugar había tres contenedores llenos de bolsas de basura hasta la boca, no entraba una bolsa más y otras muchas bolsas de basura, cajas de cartón y desechos de todo tipo junto al contenedor.
Nada nuevo para los muchos de vecinos del lugar. Hace más de un año denuncié en este medio la falta de contenedores y la suciedad que la ausencia de este elemento provocaba. Meses después volví a la carga y muchos vecinos me dieron hasta las gracias, pero no conseguimos revertir la situación.
Pensaba que era un hecho puntual, a pesar de ser una zona muy concurrida por encontrarse el citado comercio y una sucursal de una entidad bancaria. Sin embargo, de puntual nada, porque a la altura del Polígono, antes de llegar a la mezquita, nos encontramos con ese mismo espectáculo bochornoso.
Continuamos hacia las Puertas del Campo y el panorama no cambiaba nada, pero después del paseo por la carretera nueva hacia el Morro nos encontramos con el no va más de la porquería y suciedad.
Una vecina de la avenida Reyes Católicos iba a llevar la basura al contenedor y se encuentra que no hay espacio y tuvo que dejar la misma fuera del citado habitáculo con la siguiente expresión: “Que peste, que asco, esto no hay quien lo aguante”. La peste junto a la conocida como la ‘Casa de los Cristalitos’ sita en la avenida Reyes Católicos, sobre el numero 64, era insoportable, pero unos trescientos metros más arriba la cosa no mejoraba nada, era hasta peor.
“Ceuta está sucia y en determinados lugares la peste es insoportable por la falta de muchos factores. En primer lugar, no entiendo que no existan los contenedores suficientes para depositar la basura”
Ceuta está sucia y en determinados lugares la peste es insoportable por la falta de muchos factores. En primer lugar, no entiendo que no existan los contenedores suficientes para depositar la basura porque provoca que los vecinos tengan que depositar las bolsas en el suelo y esa falta de contenedores llena de porquerías la calle y provoca que los líquidos se viertan en la vía publica con el consiguiente olor.
Es verdad que los ceutíes nos acostumbramos a todo y nos hemos resignado a los olores insoportables, a la falta de limpieza, de contenedores y, por supuesto, asumimos esto como algo natural, como el Levante, porque no he visto una sola manifestación ciudadana reclamando vivir sin peste y en un espacio limpio desde el punto de vista visual y de salud pública aceptable, porque los olores y la suciedad no son precisamente sinónimo de calidad de vida.
Pero todo no va a ser negativo, porque si invitas a unos amigos a casa y los llevas de paseo por el centro, calle Real, a pasar el día en el Parque Marítimo o al parque de San Amaro nuestros amigos se van encantados de esta preciosa ciudad. Y acaban diciendo: “Yo pensaba que Ceuta era otra cosa”. Y precisamente es lo que pensaba yo. Pensaba que Ceuta era algo más que el centro, el Parque Marítimo y la calle Real, pero parece que no y a los hechos nos remitimos.
Los ceutíes más mayores recordarán que hace muchos años cuando íbamos a bajar al centro de la ciudad, decíamos voy a bajar a Ceuta. Pues eso, si te visitan amigos y no quieres que se lleven una imagen pésima de la ciudad “no los lleves a los barrios, llévalos a Ceuta.