“Está en el cielo por donde esté”. Aixa Mohamed recuerda a diario a quien era su marido, el policía nacional Mohamed Hamed Abderrahman, aunque los 23 de noviembre son siempre más dolorosos desde hace 40 años. Esos son los que han transcurrido desde que los asesinos de ETA se llevaron la vida de su esposo, el padre de sus hijos Kinsa, Himo, Nawil y Mohamed Bilal. Este vecino de Ceuta pasó a integrar la lista de víctimas de la banda con un atentado en Irún, en los complicados años 80.
“Aunque pasen 100 años siempre lo recordaremos”, apunta Aixa. No lo olvida ella, tampoco sus hijos. Y a esa carga de dolor y amor que crece con el tiempo se suma el del resto de personas que conocieron a Mohamed y que también sufrieron esa pérdida.
Cada 23 de noviembre es importante recordar que este vecino de Ceuta fue asesinado en un acto terrorista, es una forma de significar que aquella historia de barbarie y víctimas dejó en el camino cuantiosos actos crueles, cicatrices arrastradas por familias rotas.
Aixa se siente complacida y arropada por el recuerdo a quien fue su marido, y quizá con mayor carga emotiva este año, Bicentenario de la Policía Nacional, en el que la historia de este agente ha sido tenida en cuenta cada vez que se ha organizado un acto en el que se ha evidenciado la especial consideración tenida por parte de la cúpula del CNP encabezada por el jefe superior, Francisco López Gordo.
Es algo que Aixa agradece, esa especial significación en estos 200 años del CNP o la que siempre ha sido constante por parte de la Ciudad Autónoma.
A Mohamed Hamed Abderrahman se le sigue recordando con cariño por cómo era, por su sonrisa. Aixa, cuando recogió el escudo de oro que se le entregó a título póstumo por parte de la Ciudad, le dedicó estas palabras.
“El dolor de la ausencia hace que recapacitemos. Él no quiso ser víctima, pero su memoria es el patrimonio de todos. Duele ver años después que los asesinos de mi marido están en las instituciones. A él y todo los que fueron asesinados, quiero dedicarle hoy todo mi reconocimiento”. Hoy suenan con mayor fuerza si cabe.