Los vecinos del Bloque 1 de la barriada Juan XXIII, ubicado frente al kiosco, intentaban ayer recuperar la normalidad después de una madrugada de mucho miedo.
El sonido de las sirenas y la gran cantidad de humo acumulado les sorprendieron en una noche que podía haber terminado en tragedia de no ser por la rápida intervención del SEIS. Y es que las llamas iniciadas en la vivienda número 2, situada justo al lado de la única entrada y salida que tiene este bloque, cogieron tal fuerza que se extendieron por todas las habitaciones sin que sus dos únicos residentes pudieran hacer algo por controlarlas. “Pasamos mucho miedo”, explicaba una vecina. “Mira que pobres, todo destrozado”, añadía señalando a la ventana que, abierta de par en par, mostraba el estado en que había quedado el hogar. “Nos sacaron a todos a la calle”, aclaraba. Ayer todo eran recuerdos, comentarios y valoraciones sobre lo que podía haber pasado y sobre el estado en que se han quedado los afectados.
También había quien ni se había dado cuenta de lo ocurrido hasta la mañana. Un sueño profundo el de una pareja de niños que confesaba haberse enterado de los hechos al levantarse y comprobar en qué estado había quedado el hogar de su vecino. Vecinos de otros bloques recordaban la “mala noche” vivida, debido a la gran cantidad de servicios de emergencia concentrados, el humo y las llamas.
Aunque la Ciudad no ha informado nada relacionado con este asunto, se presume que sea Servicios Sociales quienes atenderán a esta pareja toda vez que han quedado sin posibilidad alguna de regresar a su vivienda hasta que los servicios municipales permitan el acceso con garantías.