Nuevo episodio de violencia en Marruecos relacionadas con el mundo del fútbol. Las fuerzas de seguridad del estado de Fez detuvieron este sábado a 32 personas, entre ellos 11 menores, por sospecha de su participación en disturbios deportivos y posesión de armas blancas, embriaguez pública y lanzamiento de piedras junto con infligir pérdidas materiales en la propiedad pública.
Estas intervenciones de seguridad se produjeron a raíz del partido que enfrentó al Atlético Tetuán contra el equipo local de Fez, en el que se produjeron algunos disturbios, que se saldaron con pérdidas materiales en tres coches de seguridad nacional, además de la lesión de un policía con heridas leves, que recibió el tratamiento necesario en el hospital.
Los sospechosos adultos fueron puestos a disposición judicial, mientras que los menores fueron mantenidos bajo vigilancia, en el marco de la investigación supervisada por el Ministerio Público competente, a fin de identificar todos los hechos delictivos que se les imputan.
Antecedentes
No es la primera vez que el Maghreb de Fez vive episodios similares de violencia entre los aficionados cuando disputa uno de sus partidos. De ello no es la más grave que recuerdan los dirigentes del club. Si esta vez han sido 32 los detenidos, en marzo se llegaron a producir 160 detenciones, 90 de ellos menores.
Los sucesos se produjeron el pasado 13 de marzo, cuando tras la finalización del encuentro entre AS Far y Maghreb Fez, los aficionados del equipo local saltaron al campo y se organizaron para atacar a los seguidores rivales.
"Fueron detenidos por su presunta implicación en actos de violencia, por posesión de arma blanca, lanzamiento de piedras con daños materiales e incendio de un vehículo", dijo un comunicado emitido por la Dirección General de la Seguridad Nacional (DGSN).
La repetición de estos actos violentos por una parte de los seguidores del Fez debe llevar a la directiva del club a tomar actos disciplinarios, como prohibir a los violentos el acceso al estadio así como identificar a todo aquel que haya tomado parte en actos delictivos para comunicarlo a las fuerzas de seguridad.