El único Parque de perros que existe en Ceuta se ha convertido en una oda al abandono, a la dejadez y al insulto sin pudor a quienes son sus usuarios además de a los trabajadores que soportan esta tercermundista situación.
También por supuesto a los perros, que se presentan como protagonistas de ese daño colateral de todo esto.
Los baños están estropeados desde hace dos semanas, sin que nadie se pregunte qué deben hacer los que cuidan de esas instalaciones y los propios usuarios cada vez que requieren del servicio.
Mangueras de agua rotas que son arregladas con una cinta americana, alcantarillas hundidas que pueden provocar accidentes y una puerta de acceso cuya parte inferior también presenta deficiencias facilitando la escapada de perros pequeños.
A esto se suma la situación en que se encuentra la zona específica habilitada para los perros potencialmente peligrosos (PPP) en donde ni siquiera hay asientos ni infraestructuras básicas.
Sin toldos, agua…
“No tenemos toldos, ni agua… es de vergüenza”, denuncia una de las usuarias como portavoz del sentimiento común de indignación que anida entre todos los que acuden a estas instalaciones.
El Parque estuvo cerrado durante tiempo precisamente para realizar una obra de mejora para la que se invirtieron 45.000 euros. Se iban a renovar bebederos, bancos de madera, colocar juegos nuevos… la historia de esa actuación que llevó a que las instalaciones estuvieran cerradas una temporada ha tenido pocos efectos positivos.
Hoy en día estas instalaciones son ejemplo de dejadez, de tercermundismo y de abandono total sufrido ya no solo por quienes acuden a ellas sino también por los que se les encomienda su vigilancia.
Los afectados reclaman una intervención urgente por parte de la Ciudad y advierten del riesgo de accidentes para quienes acuden a utilizar este servicio y para las propias mascotas.
No entiendo como un parque para perros tiene empleados y uno para niños no, ni tampoco tienen agua ni toldo