Para que no se olvide

La Fundación Eduardo Gallardo inicia su andadura con el objetivo de trabajar y unir esfuerzos contra una enfermedad que arrebata la memoria y la vida.  La Asociación contra el Alzheimer recibe el primer donativo y la intención es contribuir a investigar y colaborar en la lucha contra todas las enfermedades neurodegenerativas

Hace ya más de una década que Eduardo Gallardo dejó de acompañar cada día a su mujer, postrada en una cama sin que ella supiera dónde estaba, qué sentía o quién era el hombre que agarraba su mano con cariño sin dejar de luchar por ella y por el amor que les unía. Él y sus dos hijos conocieron entonces muy de cerca una enfermedad que les enseñó a querer y a mirar a través de unos ojos desmemoriados por esa demencia. También a sufrir. Poco después Eduardo comenzó a notar síntomas que encendieron su luz de alarma. Pequeños descuidos, olvidos, fallos en la memoria... se lo explicó todo al médico. “Él mismo supo desde el principio que era Alzheimer, conocía muy bien la enfermedad que se había llevado a su esposa, nuestra madre”, explica Alberto G. Gallardo, el menor de sus dos hijos y que será el que presida la Fundación que ayer se presentó públicamente en un ambiente “en el que me siento rodeado de amigos y hago un sueño realidad”. Poco antes del evento, aseguraba que “todo lo que soy se lo debo a él: desde joven empecé a trabajar con él y me enseñó a sembrar, a recoger, a no hacer daño a nadie...él ha sido un buen padre y un marido ejemplar hasta el último momento en que no dejó de querer a mi madre”. Entre lágrimas y recién cumplidos los 50, Alberto hizo una mención específica a su madre y a Rafael Ferrón “suegro de mi hermano y mi médico... a ambos les debo mucho”. Emocionado por el recibimiento con un gran aplauso de todos los asistentes, el propio Eduardo Gallardo se levantó acompañado de sus nietos y entregó el primero de los donativos que la entidad ha decidido otorgar a la Fundación de Familiares y Enfermos de Alzheimer de Ceuta y conseguido a través de las donaciones de los invitados. Un total de 3.500 euros que para la presidenta de la entidad, Virginia Viñuales “es un honor no por la cuantía, sino porque nos tengan en cuenta y por el trabajo que sin duda van a realizar en favor de los enfermos. Además son de la familia. Eduardo fue miembro fundador de la Asociación.
Sonriente con todos los que se acercaban a besarle, sereno y tranquilo, también enseñó a sus hijos que es muy importante “cuidar del cuidador y trabajar más para conocer esta enfermedad y t odas las que tengan un carácter neurodegenerativo”. Alberto G. Gallardo, hizo ayer realidad ese sueño con un único objetivo: ayudar y no dejar que se olvide al enfermo y a su cuidador. Su padre aún le reconoce, pero ya está preparado para el día en que no lo haga. “Es algo muy duro”, pero las cosas se enfrentan luchando y ayer pidió ayuda para seguir haciéndolo.