Hace unas semanas hablaba sobre el misterio de los pantanos del Infierno y el Renegado. Ambos se cerraron para disfrute de los ceutíes sin informar de las causas que impedían el tránsito por una zona verde tan apreciada por todos.
El cierre fue todo un misterio y la apertura aún más, como también apuntaba. Han ido pasando los meses y años y el misterio se iba acrecentando, pero se abría una puerta al escucharse rumores. La primera profecía, venia de la mano del consejero de Fomento y Medio Ambiente, Alejandro Ramírez, que manifestaba que, sobre octubre de 2023, ese espacio estaría abierto para disfrute de todos los ciudadanos.
Unos ocho meses más tarde -junio 2023- MDyC solicitó en el Consejo de Administración de Acemsa la apertura de ambos pantanos. La respuesta del presidente del Consejo de Administración no dejó ninguna duda: “Se abrirá la próxima semana. La semana del San Juan”. Esa fue la respuesta, lo tendría muy claro y sin duda lo hizo porque estaba seguro. No puso una fecha al azar, sin embargo, algo paranormal ha vuelto a suceder y lo que parecía inminente ya no lo es.
"Es curioso, como una vacuna especial, porque el sujeto que padece el virus comienza a ver al negro menos negro si juega en el Madrid y mete un gol que hace ganar la Copa"
En mi colaboración mostraba cierta esperanza de que se cumplieran los plazos como en la provincia de Changsha (China), en donde se levantó un edificio de 10 pisos en 29 horas, pero también decía que aquí no somos chinos, aunque lo parezcamos por ingenuos.
Dejando los pantanos a un lado y volviendo a las cosas importantes como ganarle a la potente selección alemana de fútbol. Ayer en el combinado español jugaron varios hijos de inmigrantes procedentes de África, dos de Francia y un hijo de españoles nacido en Alemania. Igual hay alguno más, pero de eso no va la cosa.
Lo interesante y curioso es que el jueves leía un artículo que decía que las personas que padecen el virus del racismo sufren una muy buena mejoría cuando un nacionalizado o una persona de distinta raza gana una prueba deportiva, una medalla o marca un gol a favor del equipo o del país del infectado.
Es curioso, como una vacuna especial, porque el sujeto que padece el virus comienza a ver al negro menos negro si juega en el Madrid y mete el gol que les hace ganar la copa de Europa. No lo decía exactamente así, pero es perfectamente comprensible, porque sin saberlo el infectado comienza a establecer un vínculo con esa persona de distinta raza y comienza a aceptarlo.
Cuando acabé de leer el artículo tenía serias dudas de que ese cambio o aceptación del diferente fuera cierto, pero recibí una llamada y comenzamos a hablar de fútbol. Noté un cierto cambio de tono y expresión en mi contertulio. Pensé, no puede ser que diga “qué bien ha jugado ese chico, que bueno es”.
Fue en ese momento cuando llegue a percibir que lo que decía el articulista era cierto y no era un invento, pero me temo que la vacuna se circunscriba a ese deportista en concreto.
En fin, cosas del deporte y falta de educación.
Juanito, llega el domingo y algo hay que poner que pa ezo toca. Mucho racismo ve usted. Aquí decimos una cosa y en la valla otra. Hay vacunas hasta para hacer ganas de trabajar