José Antonio es un menor de tres años que puede quedarse el próximo curso sin ir al
colegio San Daniel al que acude junto a su hermano mayor Daniel, de ocho. Esa sería la peor consecuencia para él y para sus padres por un fallo que tuvieron durante la matriculación por vía telemática, que este año y de manera excepcional realizaron así debido
al coronavirus. El origen de este error se remonta al pasado 22 de mayo. Cumplimentaron la matrícula y cuando supuestamente enviaron la solicitud, esta nunca llegó a su destino. Se quedó guardada en borradores. Ese dato pasó desapercibido para la familia hasta que el día 1 de junio, el marido de Araceli Quirós Borrego comprobó el estado de dicha matriculación. Es cuando se dieron cuenta de que no había llegado al Ministerio de Educación y que sería muy difícil que el nombre de José Antonio saliese en el listado que iba a publicarse el pasado día 4. "Pudo ser un error nuestro o de la página", reconoce la madre, con cierto agobio porque ve cada vez más difícil la manera en la que sus dos hijos compartan el mismo centro el próximo curso. A esto se suma la preocupación que tienen también debido a que su hijo mayor, Daniel, ha sido diagnosticado con Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH), un síndrome que le está repercutiendo en sus estudios y que se ve agravado si se producen cambios bruscos en la vida de quien lo padece. Como podría ser un cambio de entorno escolar. Desde ese momento, la batalla de los padres está por intentar remendar ese fallo. Han acudido a la Dirección Provincial del Ministerio de Educación y Formación Profesional (MEFP), desde donde les han explicado que la matrícula de su hijo se presentó "fuera de plazo" y que, una vez presentada, podría salir en los siguientes, que serán los días 15 (en la cual ya les han avisado que no entrará su hijo) y "a final de mes" pero de los que no tienen la certeza que vayan a permitir que Daniel pueda estudiar en el ‘San Daniel’. Cabría la posibilidad de que acudiese a otro centro. Pero añadido al TDAH que tiene diagnosticado y por el cual tiene un 38% de discapacidad acreditada, está la situación familiar: “Mi familia está en Jerez de la Frontera y nadie puede hacerse cargo del niño”, confiesa Quirós. Pero los padres no paran de dar vueltas a lo que pasó durante la matriculación. En Educación aseguran que les dijeron que si no les había llegado un correo confirmando como que estaba realizada la matrícula, pero desconocían cómo funcionaba el sistema: "¿Por qué iba a saberlo si nunca lo había hecho?", se pregunta la madre, que admite que no manejan bien los medios telemáticos y eso pudo llevar a que no supiesen si la matrícula estaba completada o no.
Educación dispuso una forma presencial
Desde la Dirección Provincial explican a El Faro de Ceuta que Educación dispuso de dos vías para realizar las matrículas: la telemática y otra presencial, para aquellas personas que o bien no tuviesen medios para acceder a internet o bien para quienes no supiesen realizar la matrícula. “Le dimos opción a todos”, ha explicado a este periódico el director provincial, Javier Martínez. La familia también acudió el pasado miércoles hasta el centro para presentar una alegación, si bien desde el propio colegio les reconocieron que de ellos no depende la conformación de las listas que se elaboran con unas solicitudes cumplimentadas en los plazos establecidos. Los padres reconocen que fue un "fallo humano", pero tampoco descartan que hubiera podido ser un fallo técnico. En cualquier caso, la madre de José Antonio insiste en que no hay más opción: “O el ‘San Daniel’ o nada”.