Pilar Mela es una de las expertas que abrirá con su ponencia este miércoles las jornadas sobre gestión emocional organizadas por la
UNED. Profesora en una escuela pionera en el método Montessori, charlará con los asistentes sobre la importancia de la
educación emocional.
–¿Una mala gestión de las emociones en la infancia afecta en la madurez? –No existe un material para trabajar las emociones, ni en aula ni en tu casa. Las emociones hay que tratarlas como algo que forma parte de tu ser. A veces en la escuela no se le da la importancia necesaria porque le ponemos más carga al ámbito académico. Si no te encuentras bien, tu aversión al aprendizaje es grande. No aprendes significativamente si estás frustrado, si estás mal o si trabajas por encima de tus posibilidades. A los niños hay que tratarlos como pequeños adultos, cuando tienen la capacidad para elegir se sienten bien.
–¿Esa libertad no puede resultar arriesgada? –Como docente o madre hay que dejarles elegir. Aunque sea entre lo que nosotras queramos, porque ellos no lo saben y así se sienten libres. Si una madre obliga a su hijo todo el rato a ponerse una chaqueta que al niño no le gusta, los efectos acabarán siendo negativos. La solución es ponerle dos chaquetas a elegir y que él elija la que quiera. Entonces el niño sale de casa feliz y no cabreado o con una rabieta como suele ocurrir.
–¿En qué consiste exactamente el método Montessori? –Es una manera de trabajar los contenidos en el aula teniendo en cuenta las necesidades y características de los alumnos. Hay que conocer en qué momento sensitivo se encuentra el niño para poder ofrecerle un ambiente que responda a esas necesidades. Se les presenta individualmente un ambiente libre a través de una serie de actividades y materiales en función del momento evolutivo en el que se encuentran, adaptándose a su ritmo y a su nivel. Cada niño tiene total libertad sin una intervención directa de la docente, que únicamente figura como guía proporcionándole el ambiente y los materiales e intentando que ellos se muevan libremente por el espacio sin que sientan la autoridad de la docente encima de ellos.
–Entonces la motivación será muy importante... –En este formato de docencia no se premia ni se castiga. Los niños hacen las cosas por motivación intrínseca, no están esperando la aprobación del adulto, para ellos los materiales en sí son atractivos. Aquí no existen los tiempos, los tiempos los determinan ellos. A nadie le gusta aburrirse, cuando una actividad les gusta la realizan una y otra vez, y nosotros no intervenimos en ello. Al final llegan a dominarla siendo conscientes de ello.
–¿Y genera felicidad real? –Son felices porque hacen lo que quieren, ahí está el control emocional. Si le das a un niño lo que quiere hacer dentro de una disciplina, se siente feliz porque no estás encima, estás respetando su ritmo de trabajo al no estarle imponiendo nada y estás ofreciéndole un material que le proporcionará un aprendizaje implícito. Se les ofrece una manera de controlarse a sí mismos y controlar su entorno, por lo cual son niños que tienen muy poca frustración porque hacen las cosas cuando las circunstancias son las adecuadas.
–¿Regresar al mundo real les puede afectar negativamente? –Realmente no les afecta el cambio porque están dotados de una serie de capacidades que les permite estar abiertos a cualquier tipo de aprendizaje. Los creadores de Google o de Facebook, por ejemplo, estuvieron educados en el sistema Montessori. Cuando tú a un niño le das lo que necesita y él aprende con gusto, eso se ve reflejado a nivel emocional, académico, físico o social. Apenas se pelean ya que tienen la capacidad de resolver problemas de forma autónoma sin necesidad de un adulto. No existe la violencia porque son felices y no sienten la necesidad de pelearse, sobre todo al no sentir frustración.
–¿Los padres pueden estropear todo el trabajo realizado? –Pueden y lo hacen. La sobreprotección no quiere decir que estés educando mejor a tu hijo. Un niño no te puede dar pena nunca, porque si lo hace le estás tratando como si no fuera capaz de resolver sus necesidades. Mejor ofrécele alternativas para que se le quite esa angustia. Los padres que le dan todo a sus hijos les convierten en tiranos. Los niños con disciplina interna hacen de todo a través de normas de cortesía. Pero eso requiere dedicarle más tiempo a los niños, y en lugar de eso ahora lo que se hace es darles el móvil o ponerles la playstation.
–¿Cómo se lidia con alguien con una mala gestión emocional? –Hay una tendencia humana a la felicidad. Tú quieres ser feliz y sabes que haciendo esas cosas feliz no eres, porque pones al mundo en tu contra. Pones a tus padres y a tus amigos en tu contra, y esa situación no le agrada a nadie. Cualquier persona en un ambiente hostil se comporta hostilmente
–¿Entonces la gente cambia? –Cambia cuando le ofreces un ambiente emocional adecuado, un ambiente relajado. Los niños que son así por algo es, como ocurre cuando los padres no solucionan las cosas de forma pacífica, por ejemplo, hacen que se comporten así porque no conocen otra forma de hacerlo.
–¿Qué tal está siendo la aceptación de este método en Ceuta? –Aquí la gente está empezando a preocuparse por dar a los niños un nuevo enfoque en su educación. En los cursos que hemos realizado la gente viene con muchas ganas. Además, tengo conocimiento de que están llevando prácticas Montessori en otros centros.