Hoy se celebrará una misa por el eterno descanso del Padre Avelino Pérez Millán, fallecido el pasado día 5 de julio a la edad de 99 años, y que estuvo destinado más de medio siglo (52 años) en la ciudad de Ceuta. Aquí le concedieron el Escudo de oro (1976) y la Medalla de Plata (1992) de la Ciudad. La misa será a las 20:30 horas en la Parroquia de Los Remedios. Avelino nació en Quintanadueñas, pueblo de las afueras de Burgos a 15 kilómetros de Vivar (la patria del Cid Campeador), el 1 de abril de 1911. Sus progenitores, Mariano y Mari Paz, fueron padres de 13 hijos. Las primeras letras las aprendió en la escuela local, antes de marchar al seminario agustiniano de Valencia de Don Juan (León), donde permanecerá tres años (1923-26) que emplea en ampliar los estudios humanísticos y en seguir creciendo hasta acercarse a los 1,80 metros de estatura. El 12 de octubre de ese mismo año (1926) comienza el noviciado en Valladolid, recibiendo el hábito agustiniano de manos del entonces prior de la Comunidad, el futuro Obispo-mártir de Teruel, el P. Anselmo Polanco (recientemente beatificado). Una vez realizados -en diferentes Comunidades- los estudios eclesiásticos, y recibidos los diversos ministerios y profesiones, es ordenado Presbítero el 21 de julio de 1935, en Santo Domingo de Silos (Burgos).
Su primer trabajo, ya como sacerdote, lo desempeña en el colegio Calatrava de Salamanca. Pero estamos en el año 1937, y seis meses más tarde tiene que alistarse en el ejército como capellán castrense, en la División 108, grupo sanitario, donde permanecerá como tal hasta el fin de la contienda (1939), licenciándose en la zona levantina y llevándose consigo las medallas de Campaña y de Cruz Roja.
En 1939 llegará al Colegio San Agustín de Ceuta, donde permanecerá más de medio siglo (1939-45 / 1950-96) interrumpido por una estancia de cuatro años que pasó en los colegios Buen Consejo de Madrid y S. Agustín de Santander. Durante la estancia en la capital de España recibió clases de arte, materia que más adelante le servirá para impartir dibujo, plástica, pirograbado, pintura… a sus numerosos alumnos. También se licenció en Filosofía y Letras por la Universidad de Granada.
Durante su larga estancia en Ceuta -que le valió el apelativo de “Apóstol de Ceuta”- desempeñó numerosos cometidos en el Colegio, la iglesia de San Francisco y en la Ciudad. He aquí algunos: Capellán contratado del Ejército, profesor de la Escuela de Artes y Oficios Municipal, Asesor religioso del equipo de fútbol de 2ª División A y de la Plaza de toros… amén de los cargos múltiples que desempeñó en el interior de la Comunidad agustiniana. Avelino fue objeto de múltiples homenajes y condecoraciones, tales como el Diploma de Profesional Distinguido de la Enseñanza (1976), el Escudo de Oro (1976) y la Medalla de Plata de la Ciudad (1992), varios Encuentros con la Asociación de Padres en el Hotel Muralla…
Este fraile, estirado y enjuto, al que contemplan no menos de tres generaciones de estudiantes y parroquianos, fue un hombre de gran categoría humana. Sus dotes relacionales, hechas de cordialidad, simpatía y religiosidad, junto con la animada conversación, le hacían estar siempre en boca de todos. Sus amistades se extendían a las diversas capas sociales: militares, autoridades civiles, clero diocesano, comerciantes, padres de alumnos, ciudadanos de a pie… Una vez jubilado, se mueve por algunas Comunidades, para recalar definitivamente en Palencia en el año 1998. Allí escuchó la última llamada del Señor, llamándole junto a sí. Era el 5 de julio de 2010. Tenía cumplido ya los 99 años.
¡DESCANSE EN PAZ!
(*) agustino.
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