El historiador ceutí Paco Sánchez Montoya intervino ayer en las jornadas de historia organizadas por el IEC sobre la educación en Ceuta.
Como experto en historia contemporánea y en asuntos de masonería, no quiso dejar pasar la ocasión para hablar de estos temas en su conferencia, que centró en la depuración del profesorado ceutí de enseñanza media tras la Guerra Civil.
Comenzó con uno de los casos mejor estudiados por él, el del catedrático y diputado por Ceuta Manuel Martínez Pedroso, natural de La Habana y también masón, que acabó exiliado en México. En cuanto a los maestros ceutíes, Sánchez aseguró que “tras la depuración del Magisterio en Ceuta la enseñanza quedó muy mermada”. “No tenemo aún la cifra de depurados en la ciudad, pero los nombres se nos agolpan”, aseguró. Citó ejemplos como el de Bigtar Almenta, prestigiosos catedrático de Instituto: “Tras su expulsión, estuvo dando clases particulares de francés en su casa de la plaza Azcárate”. O el de Antonia Castillo, “primera mujer médica en Ceuta, expulsada del Ayuntamiento por estar casada con el catedrático de Instituto Luis Abad”.
Sánchez Montoya aseguró que, “cualitativamente”, el profesorado fue el sector más afectado por la purga, a pesar de que el 17 de julio les pilló de vacaciones. “La primera ejecución de un docente en Ceuta, según mis datos, tuvo lugar en la saca de la madrugada del 17 de agosto de 1936; su nombre, Ángel Grande Pérez. Había que aplicar un castigo ejemplarizante”, afirmó el historiador.
Como conclusión a su charla, Sánchez Montoya aseguró que “a todos los maestros se les obligaba a pedir su propia depuración, ya que inicialmente , desde el triunfo de la sublevacion fueron separados de la enseñanza hasta que pudiesen ser considerados aptos”.
Hoy terminan las jornadas con la intervención de Arturo Fuentes Viñas, que hablarán de la enseñanza privada en Ceuta contemporánea, y después Vicenta Marín Parra hablará del proceso histórico de los estudios de Magisterio, motivo de las jornadas.