El fútbol de Ceuta cuenta con muchas personas destacables en su historia. Entre ellas se encuentra Paco Cordero, un hombre polifacético que se ganó el corazón de muchos futbolistas ceutíes que compartieron la misma pasión.
Tres equipos fueron los afortunados de contar con Paco Cordero en sus cuerpos técnicos. El primero el VALISOL, el segundo la UA Ceutí y el último el Goyu-Ryu.
Pero esta pasión por el fútbol comenzó cuando era tan solo un niño, “desde siempre a los niños es raro que no les guste el fútbol”, comentó. Ver al Barcelona o al Real Madrid fue lo que hizo que a Paco le fuera “entrando el gusanillo”. Además de estos dos equipos mundialmente conocidos, el Ceuta, “en ese momento era el Atlético Ceuta”, también le hizo comenzar a interesarse por esta disciplina. “Vivía en el barrio de ‘Las Latas’ e íbamos andando hasta el ‘54’ a ver los equipos de Regional. Así fuí entrando en el fútbol”.
A pesar de que siempre se le ha visto fuera del campo, Paco Cordero también realizó sus pinitos dentro del terreno de juego, aunque él mismo se definió “muy malo”. En ese momento, militó en un equipo conocido como 501, “su nombre provenía de una marca de coñac” y ahí ocupó la posición de lateral derecho, “hasta que me caí en el ‘54’ y me partí la muñeca y lo dejé”.
En cuanto al primer equipo del que formó parte como directivo fue el VALISOL, “era la unión de la barriada. Varela, Valiño y Solís”. Un equipo de un barrio en el que todavía vive Paco Cordero y que recuerda con mucho cariño, “se jugaban partidos cuando era la Patrona o las fiestas del barrio. Había mucha unión. El equipo fue fundado por Pepe Contreras y luego lo cogió Juan Rodríguez”.
Tras desaparecer el equipo, su hijo, que en ese momento tenía unos 6 o 7 años, quería jugar en un equipo por lo que Paco Cordero decidió llevarlo a la Unión África Ceutí. “Paquirri se portó conmigo de una forma extraordinaria”, recuerda. Una vez ahí, “empezaron a pedirme que si daba algún masaje, que si limpiaba las botas. Unas botas que cuando se mojaban pesaban seis kilos cada una. Fue ahí donde me fue entrando el gusanillo poco a poco”.
En el año 1991 Mohamed Amar, íntimo de Paco Cordero, fundó el Goyu Ryu, “se fue del Ceutí y tiró de mí”. Al igual que la vez anterior, comenzó como utillero y dando algún masaje que otro. Pero en el Ceutí, al abandonar el equipo Santi, Paco pasó a ser entrenador de un equipo de alevines, “quedamos campeones en el Puerto ese año con el Óptica Guerrero. Le ganamos 2-3”.
Pero es que además de eso, también fue presidente de honor del equipo.
Cuando habla del Goyu Ryu, la cara de Paco cambia por completo. Esa etapa en el equipo la recuerda como “un triunfo para mí”. Tampoco dudó de agradecer a aquellos que formaron parte de esa época como Tayo, Lizana, Mustafa y Hassan, “un utillero que tendría 8 o 9 años”. Y sobre todo a Mohamed Amar, “al que le estoy eternamente agradecido. Con él conocí media Península y medio Marruecos”.
Pero dentro de todo lo bueno vivido durante esos años con el Goyu Ryu, Paco también vivió “momentos muy malos”. Aunque él prefiere quedarse con lo bueno.
Su etapa como entrenador
En los años que Paco Cordero estuvo como entrenador, muchos fueron los niños que pasaron por sus manos. Gran parte de esos futbolistas que han estado bajo sus órdenes lo recuerdan con mucho cariño y lo tienen presente en su memoria.
Y es que Paco era un técnico diferente, “cuando terminábamos de entrenar, metía en mi casa a diez o doce niños. Esto es algo que también le tengo que agradecer a mi mujer, que lo ha sufrido”.
A día de hoy esos pequeños detalles que tenía Paco con sus jugadores hace que cada vez que lo vean por la calle, “muchos de ellos ya tienen hasta niños”, se acerquen a saludarlo y a recordar esos buenos tiempos en los terrenos de juego.
En cuanto al fútbol de aquella época en comparación con el fútbol actual, Paco Cordero recalcó que existe “una diferencia abismal”. El que viviera esta disciplina desde dentro contó que “en el ‘54’ quien jugaba a las ocho de la mañana se tenía que duchar con unos bidones que había en Casa Lola de donde salía el agua congelada”. Ante esto, señaló que “a esos jugadores había que hacerles un monumento”. En cuanto a la actualidad, Paco Cordero, remarcó que “hoy el que no juega al fútbol es porque no le gusta o porque no quiere. Porque facilidades, hay”.
Paco, Pepe y 'La Libertad'
A Paco se le ha podido ver en todos los cargos habidos y por haber en el mundo del fútbol. Pero además de eso, durante una gran época del fútbol sala, donde el pabellón de ‘La Libertad’ vibraba, Paco estuvo muy presente haciéndose notar.
Él, junto a su “compadre”, Pepe Ramos, eran los encargados del bombo que no paraba de sonar en los partidos de Alminatur. Ellos eran los responsables de animar al equipo y caldear el ambiente en ese mismo pabellón.
“La gente nos hacía un cerco porque no parábamos. Esto es historia del fútbol ceutí”.
Pero no solo animaban al equipo en la ciudad, sino que en varias ocasiones viajaron fuera de Ceuta para acompañarlos en los diferentes encuentros. Paco Cordero recuerda sobre todo un viaje a Almería, “fuimos desde Ceuta cuatro aficionados con el bombo en autocar hasta Almería. Allí habría 50 o 60 aficionados del equipo de allí, pues nosotros cuatro conseguimos callar a esos 50 o 60. Al final se les ganó 2-4”, recuerda.
El fútbol para él
Para Paco Cordero, a parte de su familia, el fútbol “significa todo. Es un deporte que me gusta mucho. Soy del Barcelona y me sigo poniendo nervioso, hasta el punto de que no lo veo. Prefiero verlo después más tranquilo porque mi salud va antes que el fútbol, por mucha pasión que tenga”.
Un grande paco . Muy buen tío y el su hijo migue otro buen tío y un muy buen amigo
Desde la Gran Peña Barcelonista de Ceuta agradecerte tu fidelidad, tu amistad y confirmar lo que dicen todos, una gran persona y un histórico del fútbol local ¡ Un fuerte abrazo Paco!!!!!
Buenos momentos vividos.Bien que has disfrutado con tus niños que ya son hombres .Persona querida .Sigue como eres Un abrazo
D. Francisco Gerardo Cordero López: de las primeras personas que conocí cuando llegue a está bendita tierra. Me enseñó a quererla, respetarla y aunque todavía no lo he conseguido, intento ser buena persona gracias a él y a su familia. El refranero español es muy sabio, ¡¡¡ QUIÉN TENGA UN BUEN AMIGO, TIENE UN TESORO!!! puedo presumir de tener un buen tesoro. Muchas gracias compadre, y como decimos por aquí, estamos para nada que mandes . Gracias, gracias y gracias
Lo mejor del Ceuta como persona y entrenador y toda su familia