CSIF ha trasladado a la Dirección de
Ingesa en Ceuta las quejas recibidas de los profesionales que desarrollan su trabajo en el Servicio de Urgencias de Atención Primaria (SUAP) situado en la avenida San Juan de Dios, el antiguo ambulatorio José Lafont. “Pacientes en la calle, animales muertos y desperfectos”, así describe CSIF el estado deplorable del José Lafont al que califica como un “peligro para la salud”. La Sección Sindical describe el estado actual del SUAP como de “total deterioro”, tanto en infraestructuras como en instalaciones, pudiendo llegar a presentarse “algún peligro” para la salud de profesionales y usuarios que acuden diariamente a este servicio. Desde su construcción hace ya más de 50 años, hasta la fecha, este sindicato asegura que no se han realizado apenas labores de mantenimiento, siendo visibles “infinidad de desperfectos y deterioros” en sus instalaciones, lo que hace “insostenible el buen funcionamiento” del servicio y creando “dificultades” a los profesionales en el desarrollo de sus funciones, “que tienen que sufrir y superar todas estas deficiencias en su turno de trabajo”. Y no es que por parte de la Dirección de Ingesa se desconozca esta situación, añade CSIF, porque se le ha comunicado verbalmente en “reiteradas ocasiones” por los profesionales, e incluso se presentó a la Dirección Territorial un “extenso documental de imágenes de los deterioros, deficiencia y desperfectos” que sufre el servicio pero, hasta la fecha, lamenta, “ni se ha acercado a comprobar en qué condiciones se encuentra este centro de urgencias”.
De desperfectos a "agua marrón no potable"
En declaraciones del director territorial, Jesús Lopera, máximo responsable de la sanidad el año pasado, manifestó que el inicio de la reforma del SUAP sería inmediato para mejorar las condiciones del servicio, reproduce esta Sección Sindical. “Esto viene a reconocer de forma explícita que el servicio al que hacemos referencia no reúne las condiciones mínimas exigible para atender dignamente en a los miles de usuario que anualmente pasan por el servicios de urgencias de Atención Primaria situado en el ya más que obsoleto centro José Lafont, cualquiera, a simple vista, puede ver el estado lamentable en que se encuentra”, expone el sindicato. Sin embargo, hasta el día de hoy, critica CSIF, “no se ha hecho absolutamente nada y las deficiencias han llegado a tal extremo, que los profesionales que desarrollan su trabajo en este servicio se encuentran en una situación extrema de penosidad, con muchas dificultades para realizar su trabajo por lo que manifiestan no poder aguantar más esta situación y albergan serias dudas de que este servicio pueda continuar abierto en las condiciones en que se encuentra actualmente”.
Enumera un sinfín de desperfectos
CSIF enumera algunas de las deficiencias objeto de este escrito que remitió a Ingesa. La primera es que “no existe zona de recepción de pacientes, se realiza en la calle”. Por este motivo, cuando llegue el invierno, los usuarios “deben estar a la intemperie esperando” ser llamados para ser atendidos, dado que el servicio “no cuenta con suficiente espacio” para la recepción de los pacientes que acuden a este servicio y más teniendo en cuenta “que se ha dejado una de las zonas del centro específica para posibles
COVID-19”. En cuanto a las instalaciones, apunta al mobiliario roto y obsoleto; a las puertas “totalmente destrozadas”; a los baños “insalubres”, tanto del personal como del usuario; a las instalaciones eléctricas obsoletas; a los carteles informativos “realizados a mano por los miembros del servicio”; a la falta de una buena ventilación, al tener que mantener cerradas las ventanas por “el mal olor de animales muertos”; al agua que sale de los grifos “no apta para el consumo por las características que presenta de color marrón”; y a los aires acondicionados estropeados. Por otra parte, critica la estética de las paredes con alicatados rotos, “boquetes en paredes, puertas y manivelas cogidas con esparadrapo”; filtraciones de agua pluviales en techos “que inundan” el servicio; y al cuadro de luces, que tienen que taparlo cuando llueve “con entremetidas para evitar cortocircuitos, que se producen habitualmente al mojarse con el agua que cae del techo”. Además, hay “ratas en las zonas de boxes y resto de habitáculos, cucarachas, mosquitos, pulgas y gaviotas que entran desde el patio y mueren sin ser recogidas”.