Nació como un colegio de barriada en los años 60, con solo dos maestros y apenas 40 alumnos. Era un centro abierto, sin muros y en mitad del campo.
Con los años el número de alumnos ha ido creciendo y, si bien la cifra aún está muy lejos de acercarse a otros colegios ceutíes, casi se ha triplicado. Son 108 los alumnos matriculados en este centro escolar de Benzú. Tienen unidades agrupadas, es decir, alumnos de 1º y 2º y de 3º y 4º en una misma aula, debido al reducido número de escolares. “Vienen maestros interinos todos los años y se tienen que adaptar aplicando una metodología diferenciada para las clases que están agrupadas, aunque éstas tienen más apoyo que el resto. El tutor se dedica a uno de los dos cursos y el de apoyo al otro”, explica el director del CEIP Pablo Ruiz Picasso, Jorge García Selva.
Es la peculiaridad de este centro que, sin embargo, ya ha solicitado una ampliación del número de unidades al Ministerio de Educación. Y es que las instalaciones ya se están quedando pequeñas para el número de alumnos existente en la actualidad.
Es un colegio “muy familiar” que conoce perfectamente a cada uno de sus alumnos. “Y no sólo a ellos, sino también a sus padres porque, además, han estudiado aquí y todos formamos una pequeña familia”.
Una de las principales apuestas educativas del centro es el fomento de la lectura. De ahí nace la idea de celebrar las ‘Tertulias literarias dialógicas’, gracias a las cuales los alumnos se introducen de lleno en el maravilloso mundo de los libros. Consiste en la lectura de una conocida obra que los alumnos argumentan, posteriormente, en las aulas. “Incluso sirve para aprender palabras desconocidas y que ellos mismos buscan en el diccionario. En las tertulias, cada alumno debate la parte que le ha tocado leer”, apunta Cecilia Marqués, maestra del ‘Ruiz Picasso’. Una de las obras debatidas este curso es ‘La Odisea’ de Homero, lo que permite a los alumnos acercarse al conocimiento de los clásicos.
Es uno de los colegios ceutíes que dispone de comedor. 91 alumnos, de los cuales 65 son de Primaria y el resto de Infantil se benefician de este servicio a través de becas escolares. “Aquí se ofrece una comida muy sana y variada, desde carnes y pescados, hasta legumbres y verduras. Es un menú muy idóneo para ellos y aquí conocen la dieta mediterránea”, apunta uno de los maestros y responsable del comedor, Álvaro Jiménez.
Además de fomentar una alimentación saludable, los escolares aprenden hábitos de higiene imprescindibles a la hora de sentarse a la mesa. “Se les enseñan muchas cosas, entre ellas cómo comportarse durante la comida o que sepan que hay un primer, segundo plato y postre”, asevera Cristian González, maestro del ‘Ruiz Picasso’ y otro de los responsables del comedor escolar.
El comedor no cierra sus puertas durante las vacaciones de verano, pero si bien durante el curso escolar depende del Ministerio de Educación, durante el periodo estival pasa a ser competencia de la Ciudad que lo adapta como comedor social, para continuar ofreciendo este servicio a todo aquel que lo requiera.
Los hábitos saludables también se llevan a las aulas, donde desde bien pequeños aprenden a alimentarse de forma saludable en los desayunos, con alimentos naturales como frutas, zumos o bocadillos.
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