Los anteproyectos para cambiar el Tarajal se acumulan en despachos oficiales. El Gobierno lleva años prometiendo reformas que no se han hecho efectivas
Conseguir que la
frontera del Tarajal sea un espacio digno, propio del último filtro que tiene Europa con África, ha sido el objetivo de los distintos gobernantes y se ha plasmado en cuantiosos anteproyectos que, tras obtener luz verde, quedaron olvidados en un cajón.
Las siempre complicadas relaciones entre Ceuta y
Marruecos pasaron por mejores épocas, por periodos en los que se dio el visto bueno ‘doméstico’ a pequeñas reformas con las que se iban a evitar las colas que, con más o menos crudeza, terminan no solo colapsando el paso fronterizo sino bloqueando también toda la ciudad.
El pasado viernes la Delegación del Gobierno acogía la difusión de otra apuesta de reforma que pasará por la
habilitación de siete carriles reversibles.
Hace doce años, se difundió, en esa misma plaza de los Reyes, otro proyecto similar cuyos planos fueron facilitados a los medios de comunicación en el que se lograba la habilitación de cinco carriles de ida y otros cinco de vuelta.
Contaba con el visto bueno de España y Marruecos pero nunca se ejecutó, a pesar de tener el respaldo de Policía Nacional, Guardia Civil, Ministerio de Interior... y contar con una baza favorable: todavía no se había producido la gran explosión de residencias en Marruecos que ha derivado en la existencia de un número ingente de
porteadores que ahora está siendo reducido gracias a la operación de lucha contra el fraude desarrollada en el vecino país, saldada ya con varias detenciones.
La Administración socialista torpedeó sus propias ideas.
Así, la salida de Jerónimo Nieto como delegado del Gobierno y el paso a otros mandatarios del mismo signo no se materializó en el seguimiento a los proyectos gestados por el primero. Así, las buenas relaciones entre ambas fronteras que habían acogido de forma favorable la reforma del Tarajal terminó siendo apartada durante años.
Actuaciones similares
Aquel proyecto contemplaba zonas de descanso y otra de control para evitar embotellamientos, es decir, una especie de explanada como la que ahora se intenta habilitar en Loma Colmenar.
Son las mismas actuaciones, un particular sueño de la marmota en el que pasan los años y, en el fondo, existen los mismos compromisos nunca cumplidos con una u otra administración política.
Por aquel entonces, tal y como publicó este medio, se quería ganar terreno al mar e igualar la zona marroquí y española para no generar embudos. Se aprobó la ampliación de la N352 para enganchar con el enlace puerto-frontera. Proyectos que después quedarían desestimados para, incongruentemente, volver a ser recuperados.
Hoy doce años después se anuncia lo mismo, se avanza lentamente en una ampliación de la carretera sin que haya novedades sobre el enlace puerto-frontera, lo que degenerará en más colapsos, ya temidos entre las fuerzas de seguridad, en la rotonda prevista antes de la subida hacia el Hospital.
La lucha y el empecinamiento por tener unas relaciones fluidas a todos los niveles quedan encerradas en un particular bucle, en un rizo en el que se dan vueltas y vueltas en torno a los mismos problemas, planteando las mismas soluciones porque, en el fondo, son las únicas que pueden tomarse en un callejón sin demasiadas salidas