Si el pasado fin de semana unidades de la Policía Nacional eran apedreadas en dos jornadas consecutivas -tal y como informó ‘El Faro’ en su edición del pasado domingo-, este poco iba a cambiar. Un vehículo policial abollado y ningún detenido es el saldo del último de los apedreamientos ocurrido a la altura de la calle San Daniel, en la barriada del Príncipe. Las unidades de la UPR, que son las que tienen encomendadas la vigilancia de la barriada tras la marcha de las UIP de Valencia, han sido las que han sufrido los últimos episodios de este tipo.
Horas después de los hechos, se producía la quema intencionada de un vehículo que estaba estacionado en la calle Fuerte, requiriéndose de la intervención urgente de los miembros del Cuerpo de Bomberos ante la cercanía de más vehículos y el temor de que las llamas se extendieran al resto. Los agentes tuvieron que subir escoltados por unidades policiales, siguiendo el protocolo activado desde hace más de un año en todas las salidas dirigidas hacia esta barriada.
Sobre la mesa, después de estos episodios, la repulsa policial pero también la de los vecinos que achacan este tipo de comportamientos delictivos a grupos concretos que rechazan de esta forma la presencia de las fuerzas de seguridad. Tras los disparos de la madrugada del jueves, que dejaron a una joven herida leve tras ser atacada al parecer de forma accidental por unos individuos, la propia asociación adelantó su idea de pedir cita con el delegado del Gobierno, Francisco Antonio González Pérez, al objeto de trasladarle la problemática que se enquista en esta zona de la ciudad. Una problemática que no le es nueva al delegado, ya que en sus primeros encuentros policiales ha dado a conocer su intención de cambiar la forma de actuar en esta barriada buscando que se normalice la presencia policial en la misma.
Las unidades de UPR son siempre las encargadas de hacer las rondas de vigilancia por el barrio y a modo de aviso ya han recibido la respuesta en forma de pintadas por parte de algunos sectores.
Los mismos hechos escasos arrestos
Los apedreamientos no son nuevos en el Príncipe, ni tampoco el hecho de que no haya casi detenciones de las personas que presuntamente están relacionadas con este tipo de atentados. La dificultad para encontrar pruebas a pesar de que se han llevado a cabo grabaciones en el momento de generarse los disturbios hace que muchos de los episodios conocidos se queden únicamente en la impresión mediática sin que haya resolución judicial al respecto. Las pocas detenciones desarrolladas han sido criticadas por el vecindario.