Otra vez hoy, 24 de octubre, los maestros y profesores de todo el país estamos llamados a secundar la huelga. Volveremos a explicar una y mil veces lo que pensamos sobre la nueva Ley de Educación y todo lo que conlleva: más recortes, más privatización, más masificación en las aulas, más desigualdades con los menos favorecidos, más adoctrinamiento y menos pensamiento crítico, más ciudadanos tecnificados y menos ciudadanos humanizados…
Y de nuevo estaremos en la calle otra vez, aunque estemos solos, aunque seamos la inmensa minoría en la Plaza de los Reyes, aunque muchos compañeros intenten desmovilizarnos, quitarnos la fuerza, la dignidad, la ética de nuestros planteamientos… Estaremos allí los de siempre, los que cargamos las pilas de la esperanza con un simple gesto, con una mirada cómplice, con una pancarta llamando a la resistencia pacífica, a la rebelión de las ideas, a la educación sin fronteras que pueda poner el mundo patas arriba y devuelva a las aulas la semillas de libertad de las generaciones futuras…
Estaremos con los padres, con los alumnos, con las asociaciones que trabajan a pie de calle en un derroche de generosidad para defender la escuela pública, laica, democrática… Ellos y nosotros formamos una marea imparable.
Ir hoy a trabajar es abandonar nuestro puesto de trabajo, unirnos codo con codo a los compañeros que perdieron el suyo por el aumento de la ratio, por la escasa cobertura de las sustituciones, por la carga del horario lectivo, por la falta de construcciones escolares, por la reducción de los profesores de apoyo, por la nula oferta de plazas en las oposiciones... En nombre de ellos, de los que ya no son ni cuentan ni pueden presionar, nos dejaremos ver… Será una forma de decirles que vamos juntos, que no les olvidamos y que nada tiene sentido si nos separan, si nos enfrentan, si nos disgregan para aplacar la rabia contenida de comprobar cómo se van desvaneciendo las conquistas sociales, los derechos ganados pulso a pulso por tanta gente anónima que vio en la enseñanza la mejor arma para salir de todo tipo de desigualdades… a ellos nos debemos y también por ellos, por los ausentes, estaremos en nuestra Plaza.
Seguro que mañana se hablará de fracaso en la convocatoria, de la derrota de los sindicatos, de la mayoría invisible que está de acuerdo con la LOMCE y por ello no se manifiesta... Pero debemos decirle a la opinión pública que ese fracaso, esa derrota y esa mayoría invisible es nuestro triunfo, el triunfo del compromiso, de la entrega absoluta a nuestros alumnos, a nuestro hacer cotidiano en las aulas, en los claustros, en los consejos escolares, en los equipos directivos...
Allí estamos, frente a las críticas, frente a las incomprensiones, frente a los que se acomodaron y perdieron sus ideales, frente a los que se cruzan de brazos… Otra vez, otras veces, siempre... una y mil veces… nos vemos en nuestra Plaza.