Segundo viernes del año y segundo cuponazo que aterriza en Ceuta. El sorteo por excelencia de la ONCE ha sonreído de nuevo esta semana a la ciudad, siete días tan sólo después de que Miguel Padial, con tres décadas de trayectoria a sus espaldas, vendiera en pleno centro un boleto premiado con 100.000 euros.
Esa misma recompensa es la que obtuvo hace dos días otro cliente que se acercó hasta el kiosko situado en Teniente Coronel Gautier, a unos metros del mercado de Hadú.
De las cientos de combinaciones que maneja a diario, Francisco Soler despachó esta semana diez boletos del número 61928. Uno de ellos, el que incluía la serie 056, fue el agraciado en la noche del viernes con los 100.000 euros, la segunda mayor dotación del sorteo tras la máxima de 9 millones que correspondió a la serie 043 del 42.838. Además, repartió otros nueve premios de 600 euros, los que corresponden a quienes acertaron número pero no coincidió su serie.
Con tres años acumulados en su currículum como empleado de la ONCE, Francisco no disimulaba ayer su satisfacción. Sentado en el interior del kiosko situado en el arranque del Paseo del Revellín –el que simultanea con el de Hadú, donde vendió los cupones premiados– celebraba haber contribuido a hacer feliz a un cliente que cree conocer pero de quien prefiere no revelar su identidad por prudencia. “Se vendería a mitad de semana y sé a quién le ha podido tocar, a un comprador de toda la vida”, confirma.
La experiencia de tantas semanas le hizo descubrir, apenas unos minutos después del sorteo, que por sus manos había pasado la suerte. “Tenemos una aplicación en el móvil que nos avisa de los números premiados. Pinché en el listado y vi que uno de los segundos, los de 100.000 euros, acababa en 28. Me sonó mucho, lo comprobé y vi que lo había vendido yo entero en Ceuta. Avisé a la ONCE para que lo supieran”, detalla.
Francisco cumplirá a lo largo de 2015 su cuarto año en la plantilla de la Organización Nacional de Ciegos. Antiguo empleado de la construcción, como a tantos miles de españoles el mercado laboral le excluyó cuando estalló la burbuja inmobiliaria y se vio obligado a reciclarse. La ONCE le ofreció entonces una oportunidad para integrarse en una red de vendedores que alcanza ya los 160 trabajadores en Ceuta. “Estoy muy contento con este trabajo, y más aún si te permite repartir suerte”, añade. Los más de 105.000 euros repartidos el viernes, intuye, “estimularán las ventas” en una ciudad en la que, paradojas, “la gente se suele quejar de que nunca toca nada”.