A principios de semana, se anunció que la Comunidad Autónoma de Andalucía indemnizará a las mujeres víctimas de vejaciones durante la Guerra Civil y la Dictadura franquista. Estas mujeres recibirán la cantidad de 1.800 euros si demuestran, como así afirman voces autorizadas de la Junta, que atentaron contra su honor. No tengo ninguna duda de que esta medida es un paso más en el reconocimiento de derechos de las personas que sufrieron en sus carnes la dictadura, pero además creo que estamos hablando de casos más graves que los ya reconocidos hasta ahora por diferentes motivos.
En primer lugar, muchos de estos sucesos ni siquiera se produjeron por razones políticas, pues una buena cantidad de estas mujeres, casi niñas en algunas ocasiones, el único crimen que cometieron fue ser familiar de una persona relacionada con el otro bando, víctima del franquismo en definitiva. Puede que no tuvieran ideología política conocida, o que incluso no fueran republicanas, pero aún así, se hicieron auténticas barbaridades.
Se cometieron contra estas personas vejaciones que son incluso desagradables de contar. Se les rapaba al cero, se les obligaba a beber aceite de ricino, e incluso en algunos casos fueron violadas. Todo ello lo realizaron los falangistas de forma sistemática, pues no fueron casos aislados. Además resulta que Andalucía fue uno de los territorios más castigados, y de esto muchas familias que acabaron en Ceuta saben de lo que estoy hablando. Son múltiples los documentos que acreditan lo ocurrido.
Estas mujeres recibirán una pequeña cantidad de dinero, una pequeña indemnización que busca, como ha afirmado el Gobierno andaluz, reparar un daño moral.
Lo importante no es el dinero (supondrá poco pues no serán más de un centenar de mujeres las que se encuentren con vida), lo fundamental es que esas mujeres reciban un reconocimiento merecido, pues su sufrimiento fue mayúsculo.
Pero esta medida ha sido duramente criticada por el PP, concretamente por su Secretaria General, resistiéndose así a romper de forma definitiva con el franquismo.
Ha indicado la señora Cospedal, en una muestra más de cinismo, que “hay muchas mujeres, en la actualidad, que son objeto de violación, de maltrato y de vejaciones y no reciben esta indemnización”. Señora Cospedal, estas mujeres tienen a su disposición todos los instrumentos que aporta un estado de derecho, como puede ser la Policía, la Sanidad pública, los Servicios Sociales y un largo etcétera. Eso, señora Cospedal, cuesta más de 1.800 euros, y desgraciadamente, las mujeres que van a recibir esa subvención, no encontraron nada más que barbarie.
Es una pena que en España no tengamos una derecha como la que hay en el resto de Europa, una derecha que abomine cualquier tipo de dictadura. Escuchamos en las filas del PP continuas críticas a la dictadura castrista, pero sin embargo aún no han sido capaces de condenar el franquismo y alejarse definitivamente del mismo.
Ni siquiera cuando se habla de reparar mínimamente la dignidad, el orgullo y en la mayoría de los casos la memoria, de mujeres que sufrieron todo tipo de vejaciones por el hecho, no ya de pensar diferente, sino a veces, demasiadas veces diría yo, por estar cerca de personas contrarias al franquismo.