Vaya, mientras estaba en la ducha, he estado pensando cómo la Movida Madrileña, desde sus inicios hasta sus secuelas, ha estado salpicada por muertes sobrecogedoras, impactantes. Por los excesos propios de un Madrid que, a finales de los 70, despertaba del letargo de la dictadura que dio paso al torrente de creatividad que generó la joven e inquieta ‘inteligentzia’ de la capital. Un enorme caudal de talento juvenil, adolescente, más que brotar, revienta con todo lo que ello entraña.
La leyenda, esa que siempre se ha asociado a la cultura popular juvenil, sobre todo a la música: ‘Sexo, drogas y Rockn'Roll’, explota de tal modo que el movimiento que nace en las radios y bares del ‘Foro (Onda-2, Radio-3, El Penta, La Vía Láctea, Etc.) se contagia de locuras y excesos.
Y éso no seré yo quien lo catalogue de bueno o de malo. Dios me libre. Porque tanto de lo uno como de lo otro tuvieron. Y de lo peor: muertes por accidentes, adicciones insuperables ... salud deteriorada.
Fijáos cómo la Nueva Ola llega desde los lugares tomados por los ‘niños bien’ y cultos de Madrid (colegios, Institutos) hasta los barrios y la Universidad; el gran foco de inquietudes políticas, culturales y del pensamiento en definitiva que, por una vez, se sitúa por detrás de un movimiento de semejante envergadura como el que nos ocupa. Es la Escuela de Caminos la que definitivamente reconcilia la universidad con las calles que gobierna el viejo profesor Tierno Galván (“Al loro y a colocarse”"¡ llegó a decir ante miles de conciudadanos) y sirve de escenario ‘oficial’, de arranque del extraordinario brote artístico influenciado por la new wave británica y el arte moderno neoyorkino con el homenaje a Canito, batería de Tos (antecedente de Los Secretos). Es el gran Boom de la Movida. Las pocas decenas de chavales, músicos y público (unas pocas centenas, nada más), que formamos originalmente una pequeña élite en la emergente ciudad, nos encontramos en ese mítico concierto. A partir de ahí, ya sabéis, todo crece y crece. Y el lado más oscuro, siempre, los creadores que se iban quedando por el camino. Sin que el orden sea o deje de ser éste, con la muerte de Canito nace la ‘maldición’ de Los Secretos. Su siguiente batería muere también en accidente de tráfico. Y la lista empieza a incrementarse. Enrique Urquijo aparece muerto en un portal de Malasaña, María dejará de “agarrarse fuerte” a papá. María y Los Secretos se quedan huérfanos. Carlos G. Berlanga (Kaka de Luxe, Alaska y Los Pegamoides, Dinarama) muere ‘en una fría sala de hospital’. “Encerrado” y muy enfermo en un “hospital”(clínica). Y Antonio Vega (Nacha Pop) no supera ni la muerte de “Marga, mi (su chica) Ángel, mi Dios”; ni sus reiteradas batallas contra la puta heroína. Y también se va el ‘desperado’ Guillermo Martín literalmente comido por el cáncer. Y algunos más que en este justo momento pueden figurar ausentes de mi memoria. Si acaso, tangencialmente a la Movida, Tino Casal, Antonio Flores Y las Coctus...Y ayer se suma a todos ellos Enrique Sierra. Seguiré hablando de Aquel Madrid que para siempre marcó mi vida.
Y, lo que son las cosas, la maltrecha salud del exRadio Futura contaba en la peor de sus ‘credenciales’ con un derrame cerebral, un Ictus... del que llegó a recuperarse, ¿o no?. Joder. Escuchad cómo sonaba su guitarra.