Son miles de personas las que permanecen bloqueadas en Ceuta, marroquíes adultos y menores que accedieron a la ciudad aprovechando el efecto llamada que alentó
Marruecos, el mismo país que ahora ha optado por no facilitar su devolución bien forzosa (en el caso de los mayores de edad), bien vía reagrupación (mediante el acercamiento de sus progenitores a la
frontera). La
delegada del Gobierno, Salvadora Mateos, comparecía este lunes para reconocer que si en cuestión de 48 horas no se desbloqueaba esta situación, Interior barajaba otras opciones, sin especificar cuales. Y es que el grave problema para Ceuta es que de las 10.000 personas que se calcula pasaron a la ciudad, unas 8.000 aceptaron su retorno voluntario o fueron devueltos, pero quedan miles en las calles o, en el caso de la amplia mayoría de menores, acogidos en naves y habitáculos improvisados. Y la crisis sanitaria y de seguridad derivada de este bloqueo es la que se está sufriendo en la actualidad. Las fuerzas de seguridad registran un mayor número de incidencias relacionadas con enfrentamientos entre los propios inmigrantes que viven en las calles, amén de que Ingesa a través de Medicina Preventiva haya alertado del empeoramiento de casos covid que se deriva de una población que no está controlada, que no usa mascarillas y que no mantiene siquiera las medidas de distanciamiento social o uso de geles. Las fuerzas de seguridad intensificaron las batidas la semana pasada a sabiendas de que Marruecos aceptaba a los que se podía demostrar que habían cruzado a nado en esos días de mayo. Ahora se ha cerrado en banda, dejando a miles de marroquíes en Ceuta y, lo peor, sin alternativa para una acogida. En el CETI ya hay casi 500 personas, ya que hasta allí se derivan los casos de asilo. Pero quedan gran cantidad de asentamientos irregulares por distintas zonas de la ciudad, integrados por personas que están viviendo prácticamente de la caridad de los vecinos de esas barriadas. Hablar de números exactos es un imposible porque ni siquiera la administración es capaz de responder con claridad a la pregunta de cuántos adultos y menores cruzaron en esas jornadas. Además hay muchos de esos menores y familias que están en pisos acogidos por familiares. Marruecos se niega a acogerlos y aceptar su devolución, generando una crisis paralela con España que vuelve a tener de principal perjudicada a Ceuta.