Los otoños son épocas de cambio; esperamos al invierno y nos preparamos oír a los niños de San Ildefonso, el vuelve a casa por navidad de los turrones, las muñecas de famosa y los Ferrero Roché.
Madrid engalanará sus calles y la felicidad enlatada y gris abrirá esa bondad de naftalina cada año más rancia.
Lo único cierto será lo de aquel villancico de toda la vida: "La noche buena se viene, la noche buena se va, y nosotros nos iremos y no volveremos más".
Esta semana, mientras que el ayuntamiento madrileño desempolva luces, adornos y abetos artificiales que iluminan el cielo, el portal de Belén está en la calle Ferraz y en las puertas del parlamentos.
Miles de manifestantes organizados y desorganizados salen a la vía pública para expresar su repulsa a la ley de amnistía y a los pactos del PSOE con otros partidos políticos. Para este domingo hay convocadas concentraciones y manifestaciones hasta en la Conchinchina: una parte del país, bandera en ristre, saldrá para hacer constar su desacuerdo.
Esto es la democracia, esta es la libertad, esto es lo que hemos tardado casi medio siglo en conseguir: "Libertad, libertad, sin ira libertad, guárdate tu miedo y tu ira porque hay libertad".
Si nos lo hubieran explicado bien en cole, sabríamos que la soberanía emana del pueblo, que en el parlamento se elige al presidente del gobierno por mayoría absoluta o simple, que la Constitución son las reglas del juego y que incluso la Constitución puede ser cambiada con los votos previstos.
Si lo supiéramos, si lo tuviéramos claro, entenderíamos que el gobierno es completamente legítimo, que está en la obligación de defender su programa y que su proyecto debe ser respaldado por las mayorías necesarias.
Si todo el mundo lo tuviera claro entenderíamos que Pedro Sánchez será un presidente legítimo, que España no se rompe, que tiene derecho a elegir a sus ministros, que no es un traidor, que no hay ningún golpe de estado, que no es un corrupto, que no es un dictador, que no es un vendepatrias y que tiene los apoyos suficientes para que la legislatura comience a andar.
Otra historia es que neguemos el sistema y pensemos que la corrupción campa por sus anchas.Si eso creen los manifestantes seguirán creyéndolo gobierne quien gobierne, quiero imaginarme.
Oír a líderes políticos como Ayuso, insultar a boca abierta, a Feijóo clamando por la ilegitimidad del ejecutivo, a Esperanza Aguirre llamando a la revuelta y a Aznar, que nos metió en una guerra, llamando a filas a los que puedan hacer algo para evitarlo.
¿A quién llamará el Señor Aznar? ¿Sería legítimo un gobierno del PP y Vox? ¿Ya no estaría Frankenstein?
El fascismo de los que jalean a Franco, de los que alzan la estética del terror, de los que gritan destruyendo lo que pillan en la vía pública, de los que hacen el saludo nazi, de los que aplauden al régimen fascista del caudillo por la gracia de Dios.
Y los periodistas cubriendo las noticias aguantando las vejaciones. pedazo de maricón, le gritaron a uno de ellos. Su respuesta fue genial: En eso lleva usted razón.
No sé si le dijeron puta a Yolanda Díaz, guarra a Irene Montero...si atronó el vocerío contra el ministro Marlaska: pedazo de maricón..
Puigdemont al Paredón, Puta Cataluña. " España una, grande y libre.
Un nacionalismo criticando a otro nacionalista por defender al nacionalismo que ellos odian a muerte.
¿Ellos son la alternativa? Pues tendrán que esperar las nuevas elecciones.
"Poetas y colgados, aires de libertad
Ahí está, la Puerta de Alcalá
Y ahí está, ahí está viendo pasar el tiempo
La Puerta de Alcalá.
La miro de frente y me pierdo en sus ojo.
Sus arcos me vigilan, su sombra me acompaña.
No intento esconderme, nadie la engaña.
Toda la vida pasa por su mirada
Mirada. Mírala mírala, la Puerta de Alcalá.
Dejemos que la nueva legislatura de su pistoletazo de salida. Su suerte será la de todos.
Rechacemos las famosas palabras del presidente Rajoy:
"Cuanto peor para todos mejor, mejor para mí el suyo beneficio político".