Opinión

Os equivocáis. Tiempo al tiempo

Algunos buenos ciudadanos, ciudadanos notables y bien intencionados de esta Ceuta nuestra, pongamos: una magnífica y valiente periodista, un egregio y preocupado alcalde, un sesudo abogado, un erudito profesor, un servicial taxista, un eficaz agente, un atento camarero, un solícito dependiente de comercio, un solemne militar, o por fin un piadoso sacerdote, celebran la toma de postura del Gobierno a favor de Marruecos y en contra del pueblo saharaui en alcanzar la libertad como una nueva nación -que lleva peleando desde que España se desentendiera de manera vergonzosa del proceso de descolonización en 1975-, les apunto que se equivocan… Y, se equivocan porque los sucesivos Gobiernos de Marruecos, el rey actual, Mohamed VI y su antecesor Hasan II, no son creíbles, y adscribirse a su credibilidad es pan para hoy y hambre para mañana… Las continuas falsedades y los continuos chantajes a la que ha estado sometido España por parte del reino Alauita han sido manifiestas; y, yo diría, que las señas de identidad de las procelosas relaciones desde el venturoso día de 1956 en que este país alcanzó la independencia de mano de Francia y España, que se lo había repartido «en tu tuyo y mío vergonzante» sin saberse por qué, como si de un botín de guerra se tratara. El control de la emigración del África subsahariana en las fronteras con Ceuta y Melilla; la vigilancia y desarticulación de organizaciones fanáticas religiosas como «al-Qaeda»; la pesca en el litoral del banco sahariano-marroquí; y las continuas reivindicaciones sobre nuestras ciudades norteafricanas, han sido las monedas de cambio habituales para que el rey de Marruecos chantajee un día sí y otro también a los diferentes Gobiernos de la Moncloa para que se decanten con sus tesis sobre la anexión del Sahara Occidental a su geografía y a su política expansionista… Repito, se equivocan mis queridos paisanos y, puedo entender al alcalde de Ceuta -mi compañero de Instituto Juan, allá en los lejanos años 70- en sus declaraciones de estos días en diferentes medios televisivos y radiofónicos junto a Sánchez, acerca de la bondad de la toma de postura del Gobierno a las tesis marroquíes; porque él se haya condicionado por dar una buena imagen de convivencia con el país vecino, que nos debería de traer necesariamente una mayor expansión a la maltrecha economía de la ciudad; así como también prevenirnos de las continuas invasiones a que nos tiene acostumbrado el monarca de enfrente. Sin embargo, no acierto a comprender la postura de alguna periodista y notables ciudadanos de la localidad alienados con Sánchez, cuando es harto conocido la fragilidad mental y casquivana del presidente, que al albur del viento reinante del momento político -ya sea poniente o levante- va cambiando su discurso político, sin importarle las históricas siglas socialistas que representa; y, «Donde dije digo, digo Diego». hurtándole al pueblo saharaui el derecho inalienable a la autodeterminación y a regir su propio destino tal como está redactada la carta de derechos humanos de Naciones Unidas. Y, como no puedes ser de otra manera, a también hurtarle al pueblo español, a continuar con nuestra promesa de ser un pueblo libre e independiente, como potencia administradora del Sahara; pues sólo los pueblos que saben mantener sus promesas a través del tiempo y contra viento y marea, son dignos de entrar en la Historia con mayúscula y, el nuestro, no cabe duda, siempre la ha tenido…

"Mirar a tu patio en vez de a la calle; mirar a la calle en vez de a tu pueblo; mirar a tu pueblo en vez de a tu país; mirar a tu país en vez de al mundo, puede tener consecuencias que pudiera acercarte a no darte cuenta de la realidad en la que vives..."

Todavía queda en la memoria colectiva aquellas imágenes del desierto del Sahara español, cruzado por “La Marcha Verde” reivindicando que se anexionara a Marruecos. Fueron imágenes bíblicas que el rey Hassan II, aprovechando que el dictador agonizaba planeo junto con los EE. UU. esa larga marcha entre los horizontes estériles del desierto. El Gobierno con el príncipe Juan Carlos a la cabeza -se hizo cargo de manera transitoria de la Jefatura del Estado-, no supieron dar una respuesta adecuada; y, escogieron la respuesta más cobarde, abandonando una provincia* -hasta ahora española-, a la codicia de Marruecos y Mauritania que se la repartieron como si de un botín de monedas de oro se tratara. De tal manera, que con los antecedentes de nula credibilidad que tiene Marruecos con respecto al comportamiento cambiante y errático que en todo momento y circunstancia ha mantenido con España: ¿Cómo se puede confiar en sus argumentos, y una vez conseguido la anexión del Sahara Occidental, no vuelva a exigir la entrega inmediata de Ceuta y Melilla y ahora dicen que hasta las islas Canarias?
Es claro, que Marruecos no tiene al respecto ni ninguna credibilidad; y, se equivocan los que atienden y ponen en valor a su política a todas luces expansionista y que se recrea y carga sobre las espaldas del pueblo saharaui -que desgraciadamente ha sido abandonados de todos-; que en el caso que nos ocupa, ha sido abandonado hasta por España, que es a día de hoy, quien tiene la responsabilidad sobre la que un día fue nuestra provincia del «Sahara español»…
Dice un adagio latino: que un pueblo que no tiene memoria, está condenado a repetirla; de tal suerte, que tan sólo hace unos meses, en plena pandemia del Covid, 10.000 marroquíes corrían por las calles de nuestra ciudad sin saber a ciencia cierta: ¿a qué había venido, ni qué buscaban?; tan sólo había llevado a cabo la consigna de su nefasto Gobierno: «Ir a Ceuta y divertiros que la ciudad os ha invitado». Y, los muchachos abandonaron sus colegios y sus institutos para allegarse a Ceuta a celebrar una fiesta. Ya sabéis de sobra lo que aconteció, a saber: algunos se ahogaron en las playas del Tarajal, otros se golpearon contra las vallas; y, los que consiguieron traspasar la frontera, deambularon por las calles sin comida, sin poder asearse y sin un techo que los cobijara. «Sólo la generosidad de los ceutíes pudo paliar estas carencias, y no se provocó una tragedia emigratoria de terribles consecuencias». Así se las gasta el rey y el Gobierno de Marruecos con sus propios ciudadanos. De tal forma, mis queridos y notables ciudadanos, no es bueno perder la memoria y tener bien presente lo acaecido en «Mayo21» en esta bella ciudad nuestra de siete colinas, y retener en nuestras retinas los métodos execrables utilizados sin ninguna piedad contra Ceuta y contra sus propios nacionales por la corona Alauita y su impresentable Gobierno…
El tiempo da y quita razones, y como dice el titular de este artículo; «Tiempo al tiempo». Porque como gustaba de columbrar y hacer el príncipe Sinhué junto a las milenarias pirámides de Egipto: «Sólo hay que sentarse a la puerta de tu casa y ver pasar el mundo». Y, más pronto que tarde, nuestras ciudades de Ceuta y Melilla volverán a estar en la agenda de reivindicaciones políticas del que ocupa el trono en Rabat por días sin término; hasta que otro benefactor de la causa sito en la Moncloa, conceda susodichas peticiones por el bien de nuestras fraternales e inquebrantables relaciones de amistad. Y, hasta aquí, querido lector, podría apuntarse mis elucubraciones o mis reflexiones acerca de este cambio de postura del PSOE respecto al asunto que nos ocupa; sin embargo; si quisiéramos ceñirnos exclusivamente a la verdad más descarnada y simple, podría decirse que todo se circunscribe al inquilino de la Moncloa, y su gusto por su «aventurerismo político» que va cambiando en función de lo que cada día tenga de atractivo el mundo siempre proceloso de la política.
Este distinguido inquilino del palacio presidencial, limpio y elegante cual nuevo Petronio -arbitro de la elegancia en Roma- no se le conoce verdadera ideología, porque si bien hoy se halla en el PSOE, mañana bien pudiera estar en el partido Popular o en Vox, si ello fuera bueno para sus propios intereses. Sólo se mueve por instinto como aquellos personajes que no tuvieran alma y en sus insaciables ambiciones van destruyendo todo lo que acontece a su paso, dejando detrás de si un espacio desolado de tierra quemada. Y, si analizamos su última actuación de salón que se ha sacado de la chistera; podemos concluir en que ha sido debido a la confluencia de dos situaciones que han influido sobremanera en su toma de decisión, a saber: La primera es que ha pasado de manera incondicional al bando y a las tesis que manejaban EE. UU. y Francia seguida por Alemania de apoyar a Marruecos en su contencioso con El Polisario de la creación de la República Saharaui, y sólo concederle una autonomía adscrita a su territorio. Y, ya sabemos que poderoso caballero es don dinero, si comparamos a estas potencias con el lado saharaui que sólo le cabe transitar -nunca mejor dicho-por un desierto desolador y un pueblo abandonado de todos… La otra situación que ha hecho modificar la posición tradicional del PSOE, es ceder de manera pueril y vergonzante a las presiones de Mohamed VI, que desde que el Ministerio de Exteriores trajo al dirigente saharaui de Argelia -Brahim Gali- para ser atendido en uno de nuestros hospitales, no ha cesado de presionar y chantajear a nuestro Gobierno, con invasiones de marroquíes en Ceuta y Melilla y las consabidas y periódicas saltos a las vallas de los emigrantes subsaharianos; además de poner en solfa todos los acuerdos de pesca por reanudarse, y de la necesaria colaboración contra el integrismo religioso. Y, no hay más, porque el PSOE continuará desangrándose y perdiendo su naturaleza y su identidad centenaria, mientras el elegante Sánchez no abandone la Moncloa. De tal manera, que siga el circo mediático, que aunque ahora se diga como se dijo antaño: “Que ya somos más que hermanos”, en mi opinión, por no ser, no somo ni primos, que es la mejor forma de decir que somos menos que nada. Nada, a decir verdad, porque nada hemos construido desde que Marruecos obtuvo su independencia de las dos potencias colonizadoras de Francia y España., salvo continuos chantajes y continuas reivindicaciones de nuestras ciudades norteafricanas. De tal suerte que yo apelo a los ceutíes de bien, para que no se dejen engañar de nuevo como en el año 1975 con «La Marcha Verde», donde España perdió dignidad y honor, y solo su recuerdo nos trae el malestar de la cobardía. No; de ninguna de las maneras debemos cometer el error y la felonía de abandonar a los saharauis por segunda vez, Porque los ceutíes somos gente de honor, y no somos moneda de cambio ni del presidente Sánchez, ni de ningún partido político al uso, que ha quedado retratado ante la historia y ella en sus paginas se lo demandara. Por un Sahara libre e independiente, y libres sean sus hombres y mujeres. Que Ala les conceda nuestra petición aunque tarde años en concederse… Que nunca cesen en su lucha por la libertad la voz de este pueblo oprimido. Así sea… Concluido este presente artículo, aún pude ver la comparecencia en el Congreso del presidente Sánchez defender el cambio de postura del Gobierno, con respecto a lo que marca la ONU y nuestra propia responsabilidad con la otrora provincia española. Nunca he visto en la cámara de diputados una desfachatez y una ignominia tan grande como la cometida por este siniestro personaje contra un pueblo -en este caso el pueblo saharaui- que raya en el despropósito más vergonzante y la cobardía y la traición como el método elegido para el cambio de rumbo de la nueva política de España respecto al Sahara, ahora cercana a Marruecos y alejada del pueblo saharaui… En Ceuta, a 23 de marzo de 2022 (*) LEGISLACIÓN ESPAÑOLA SOBRE EL SAHARA OCCIDENTAL
Real Decreto, de 10 de julio de 1885, estableciendo la figura del Comisario Regio para el territorio de Río de Oro
Decreto de 26 de junio de 1934 creando la Inspección General de Colonias
Decreto de 20 de julio de 1946 por el que se establece el régimen de dependencia de las posesiones españolas del África Occidental
Decreto de 10 de enero de 1958 por el que se reorganiza el Gobierno General del África Occidental Española
Ley 8/1961, de 19 de abril, sobre organización y régimen jurídico de la provincia del Sahara
Decreto 2604/1961, de 14 de diciembre, sobre régimen de gobierno y administración de la provincia del Sahara
Ley 40/1975, de 19 de noviembre, sobre descolonización del Sahara
Ordenanza del Gobierno General del Sahara, de 25 de noviembre de 1975, designando un representante marroquí y otro mauritano en el Gobierno General del Sahara
Orden general extraordinaria de la Capitanía General de Canarias, Sector del Sahara, de 12 de enero de 1976
Real Decreto 2258/1976, de 10 de agosto, sobre opción de la nacionalidad española por parte de los naturales del Sahara.

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