Como es sabido, en la zona del Norte de África, antes de ser invadida por los árabes en el siglo VII, convivieron sus primeros pobladores autóctonos, los bereberes, con los cristianos. Tras la ocupación árabe, fueron expulsados los cristianos, mientras que los bereberes opusieron en principio resistencia hasta el punto de que 50 años después de la invasión todavía libraban fuertes combates contra los invasores; pero, luego, los bereberes terminaron pactando su coexistencia con los árabes, hasta que los primeros terminaron convirtiéndose al islam.
Pues bien, según el geógrafo e historiador árabe Al-BakrI, algo parecido sucedió en Ceuta, de la que Al-Bakri nos dejó noticias sobre el asentamiento de tribus y pueblos en la Ceuta islámica. Refiere que los árabes hicieron un pacto con los bereberes ceutíes de los que obtuvieron permiso para establecerse en la ciudad. Más tarde los árabes llegados fueron expulsados de ella por las tribus bereberes de Tánger, y Ceuta quedó entonces abandonada y en ruinas, sin más habitantes que los animales salvajes. Un miembro de la tribu de los Gumãra, politeísta, se instaló en Ceuta y adoptó el islamismo. Se llamaba Maszw y se convirtió en señor de Ceuta. Bajo el dominio de esta familia, una multitud que huía de Qalsãna o Qalina (posiblemente Jerez de la Frontera) por la miseria y escasez, se asentó en Ceuta y construyeron casas en terrenos compradas a los bereberes. Pese a la introducción de esta etnia extraña, la ciudad siguió reconociendo la autoridad de los idrlsíes que entonces gobernaban todo el litoral norteafricano.
En la descripción de Al-Bakry la cuestión es saber si, tras esa última venta de viviendas en Ceuta, todos los árabes abandonaron Ceuta o si algunos permanecieron conviviendo con los ocupantes llegados. El mismo geógrafo, afirma que la población de Ceuta la componían árabes de la tribu de Sidf y bereberes. La revuelta del Arrabal de Córdoba en tiempos de Al-Hakam y la persecución de mozárabes llevada a cabo por Abd al-Ratman II aportaron emigrantes a Ceuta, sin perjuicio de que otros núcleos importantes pasaran a Fez, donde crearon el barrio andalusí. Bajo el dominio de los almorávides se rompió el clima de tolerancia en Al-Andalus. Los mozárabes angustiados pidieron ayuda y se organizó una expedición por tierras de Al-AndaIus, de la que regresaron con miles de mozárabes que repoblaron las tierras recién conquistadas del Valle del Ebro. Los mozárabes que quedaron en territorio andalusí tuvieron un triste destino. A petición del Cadí de Córdoba Ibn Ruzd, el emir almorávide All Ibn Yusuf decretó una “MJu” por el que se deportaba a los mozárabes al Norte de África. Esta medida también fue en contra de los judíos. Ambas etnias se dispersaron por los diversos lugares. Se cree que muchos judíos consiguieron pasar a los reinos cristianos. Los mozárabes deportados desaparecieron como minoría. Algunos de ellos pasaron a engrosar la población de Ceuta, Estos andalusíes estaban más preparados que los norteafricanos, lo mismo para el cultivo y explotación de la tierra que en labores artesanales.
Ibn Jaldün cita las fortalezas de Al-Dlwa y la de Alúdãm como bastiones del territorio de los gumaries. En la época de los almohades, abrazaron su doctrina y unieron sus fuerzas a las de Abd al-Mu’min para sitiar Ceuta. Pese a la defensa encarnizada que hicieron los ceutíes dirigidos por el célebre cadí Iyáf, la plaza fue conquistada, Los gumáries recibieron un trato de favor por parte de la dinastía almohade por la ayuda que prestaron en esta empresa. El cadí Sbl cuya piedad, coraje y rango como magistrado le habían valido el cargo de Gobernador, mandó su sumisión a los almohades tras la conquista de Fez, en Mayo de 1146. Fue más tarde, cuando Ceuta se sublevó contra el gobernador Yfisuf, uno de los cincuenta, impuesto por Abd al- Mumín en el año 1148. Esta revuelta fue dominada y el cadí lyáf fue deportado, muriendo en el exilio en Marràlcuk.
En la división administrativa de su Imperio realizada por Abd al- Almumin, el territorio de los gumíes formaban una unidad conjunta con Ceuta, Tánger, Tarifa, Algeciras y Malaga. Al decaer el poder almohade bajo la presión de los benimerines. Los gumíes se enfrentaron a estos últimos, no aceptando su dominio y contagiando a los ceutíes, que también rechazaron a esta nueva dinastía, haciéndose independientes bajo el mandato de Abü-Qãsim al-AzafT. Continúa diciendo Ibn Jaldüm. que esta situación cambió con el transcurso de los años: por luchas intestinas entre gudries, éstos se debilitaron y fueron dominados por los benimerines. Ceuta, privada de la protección que le brindaba el hlnterland. tuvo que aceptar la solución de pagar tributo a las beninimerines y mas tarde pasó a su dominio. De estos datos se deduce que, aunque la población de Ceuta no era gumíes, mantenía un estrecho contacto con ellos y su postura política representaba una simbiosis entre ambos pueblos.
Refiere Al-Yanasti que en el momento en que temió una ocupación genovesa de Ceuta, recurrió a los bereberes para imponerse y expulsarlos. Las relaciones económicas entre ceutíes y gumãríes no son conocidas con detalle. Ba,jo el dominio de los benimerines, consta que el sultán acordó concederles una dotación anual sobre los productos que se comerciaran por la Aduana de Ceuta. Puede pensarse que estas relaciones comerciales estaban trazadas entre la economía de un puerto de importancia y la de unos asentamientos serranos en el hinterland de la ciudad, centradas en el trueque de productos naturales, de los que carecía Ceuta, a cambio de los manufacturados que no tenían los gumies. Por la zona Oeste,la tribu bereber de los mamùda de la vecina de Ceuta y su fortaleza era Qagr Mafida o Qa~r al-Awwal (Alcazarseguer). Esta tribu, al igual que los gumãríes, formaban parte de la gran tribu bereber de los Azdäyâ. Ocupaban un extenso territorio en la zona montañosa de los confines del Estrecho. Su núcleo principal lo integraban los masmúdas del Sur, habitantes de las montañas del Atlas. Según Ibn Jaldúm, desde los primeros tiempos del Islam, se distinguieron por su celo e inclinación a la religión musulmana y por su hostilidad contra los no musulmanes. Fueron más tardes los grandes impulsores del movimiento almohade. Al-Himyar informa que fueron los masmüda quienes destruyeron unas fortificaciones, que defendían los alrededores de Bullones, seguramente para dominar ese oasis de fertilidad tan alabado por los geógrafos musulmanes y que lindaba con su territorio. Abd al-Rnhmãn III, en el siglo X, cuando dominó Ceuta, también ocupó Bullones y mandó reconstruir la muralla, pero los masmudas nuevamente la destruyeron y se opusieron a la ocupación omeya. Con el triunfo almohade, los masmudas, no sólo mantienen sus antiguos territorios, sino que se extienden por las llanuras. Existían en la población de Ceuta del Siglo XIII distintos elementos étnicos y clases sociales que quizá interese conocer. Eran los siguientes:
a) El grupo de origen árabe que constituía una élite en la sociedad, respetado y considerado por el resto de la población. Era una aristocracia de cuna, que solía ostentar prestigiosos cargos jurídicos, religiosos y docentes, Todo ciudadano que se preciara, trataba de enlazar su nombre con una nisba árabe. Su lengua era el árabe. A la cabeza de este grupo se encontraban los “chorfas”, descendientes directos de Idris, y por tanto, del Profeta. Se aposentaron en Ceuta procedentes de Sicilia. Fueron bien recibidos y honrados por Abú-Qãsin al-AzùfI, que era el personaje principal. Gozaban de un gran prestigio religioso y el pueblo los veneraba. Los azafíes ceutíes se esmeraron en proporcionarles toda clase de comodidades y les dedicaron una alta consideración, llegando a emparentar por matrimonio ambos grupos. (Abü l-Qásim al- Azúfl, fue rey independiente de Ceuta entre 1249 y 1278).
b) Grupo de procedencia andalusí, muy diversificado en cuanto a su origen, pues unos descendían de antiguos hispano-godos, otros de bereberes y otros de sirios. Tenían en común la similitud de costumbres adquiridas en sus años de permanencia en Al Andalus y una mejor preparación y educación en todos los sectores, ya fuera artesanal, agrario o intelectual. Su lengua también era el árabe, pero con infiltraciones latinas. Era el grupo más numeroso y sus profesiones abarcaban distintas facetas. Se ocupaban de los oficios llamados nobles, como libreros, trabajadores de cueros, joyeros y tejedores. Otros eran .juristas, escritores, lectores en mezquitas, etc.
c) Grupo bereber gumari y masmüdi. poco importante dentro de la ciudad, puesto que preferían mantener su vida y costumbres tribales, pero con el que existían continuas relaciones de comercio. Los ceutíes recelaban de este grupo y por eso las defensas de la ciudad, en la zona del istmo, seguían siendo fuertes. Su lengua era el tamaziight, con mezcla de arabismos,
d) Minoría judía. En el Siglo XII, existía una floreciente colonia de judíos en Ceuta, al parecer dedicada a actividades comerciales con las ciudades mediterráneas cristianas, especialmente con Génova y puertos de Ia Corona de Aragón. La persecución almohade hizo desaparecer nominalmente a esta etnia. Algunos se convirtieron oficialmente al Islam, para salvar su vida y hacienda; otros marcharon hacia Oriente, como Maimónides y su discípulo el ceutí Ibn Aknin. Por una u otra causa los judíos desaparecieron de Ceuta. A mediados del Siglo XIII, bajo el clima de comprensión y permisividad de la Ceuta azafí, reaparecen y reanudan sus prácticas comerciales, principalmente con Marsella. Fez fue un importante núcleo .judío en estrecha colaboración con sus correligionarios ceutíes.
e) La minoría mozárabe y cristiana presenta unas complejidades difíciles de aclarar. En el Siglo XIII, se hablaban hasta siete lenguas de cristianos en el puerto de Ceuta: castellano, catalán-aragonés, portugués, genovés, pisano, marsellés y un séptimo no identificado. Estos mozárabes podrían ser descendientes de los que en el Siglo XII fueron deportados por orden almorávide