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El primer Jubileo fue convocado por el Papa Bonifacio VIII en el año 1300. Esta decisión dio nueva dimensión y significado a las peregrinaciones a Roma, hacia las tumbas de los Apóstoles Pedro y Pablo
El pasado 4 de Agosto, nuestro Excmo. y Rvdmo. Obispo de la Diócesis de Cádiz y Ceuta, D. Rafael Zornoza Boy, presentó en el Consejo de Hermandades y Cofradías de nuestra Ciudad, los actos conmemorativos del “vi aniversario de la erección de la Diócésis Septensis”, que coincide con el “DCCL ANIVERSARIO” del traslado de la sede de la Diócesis de Cádiz a la capital desde Medina Sidonia.
Fue el propio Sr. Obispo quien se puso en contacto, mediante los debidos cauces, con el Papa Francisco, de forma que el Sumo Pontífice concedió el “AÑO JUBILAR”, no solo es un recordatorio, sino un motivo de profundización en la vida cristiana, y un motivo de alegría. Dicho Año Jubilar dará comienzo el próximo 14 de Septiembre y cuya clausura está prevista para el día 5 de Agosto del próximo año. Durante ese tiempo se van a realizar múltiples actividades que iremos viendo durante este Año Jubilar.
A tenor de ello, mi intención es ahondar un poco en los orígenes del “Año Jubilar”, y nada mejor que iniciarlo analizando su término.
El término “Jubileo”, tiene dos raíces, una hebrea y otra latina. La palabra hebrea que aparece en la Biblia es “yobel”, que hace referencia al cuerno del cordero utilizado como instrumento sonoro que servía para anunciar un año excepcional dedicado a Dios. Ese año se denominaba “yobel”, es decir, jubileo, pues se iniciaba con el sonido del yobel o cuerno.
No obstante en el Libro del Levítico se expresa: “Declararéis Santo el año cincuenta y proclamaréis en la tierra liberación para todos sus habitantes. Será para vosotros un Jubileo; cada uno recordará su propiedad, y cada cual regresará a su familia” (Levítico 25,10
Pero existe también una palabra latina, “iubilum”, (derivada del verbo iubilare), que refería los gritos de alegría de los pastores y que terminó por significar alegría, gozo o alabanza
El Jubileo Católico
en su origen
El Jubileo cristiano tiene su origen en el jubileo hebreo. En la Iglesia Católica, el año Jubilar o Año Santo es un tiempo en que se concede gracias espirituales singulares (Indulgencias) a los fieles que cumplen determinadas condiciones, a imitación del Año Jubilar de los israelitas mencionado en el Antiguo Testamento.
El Jubileo católico puede ser ordinario o extraordinario. El Año Santo ordinario. O Año Jubilar, es el celebrado en los intervalos preestablecidos mientras que el extraordinario, o Jubileo, es wl proclamado como celebración de un hecho destacado.
El primer Jubileo cristiano fue convocado por el Papa Bonifacio VIII en el año 1300. Esta decisión dio nueva dimensión y significado a las peregrinaciones a Roma, hacia las tumbas de los Apóstoles Pedro y Pablo. El inicio de un nuevo siglo había visto llegar a Roma a un excepcional número de peregrinos para venerar la más famosa de las reliquias romanas conservadas en San Pedro la de la “Verónica”, que representa el rostro dolorido de Jesús en la Pasión. La continua afluencia de peregrinos incentivó a Bonifacio VIII a convocar el “Jubileo” cada cien años y a promulgar la “Indulgencia Plenaria”
Sin embargo hubo un “Jubileo” sin el Papa. En el año 1.343, una delegación de romanos fue a visitar al Papa Clemente VI en Aviñón (Francia), donde estaba en el exilio desde 1.309, para pedirle un “Jubileo” extraordinario en el año 1.350, reduciendo así la periocidad de los “Jubileos” a solo cincuenta años. El pedido se fundamentaba en la antigua costumbre hebrea, referida por el “Levítico”: Después de cuarenta y nueve años el quincuagésimo (50), debe ser “Jubilar”. Se pensaba que era ocasión para el regreso del Papa a la Sede Episcopal. La novedad con el anterior es que se añadió la peregrinación a la Basílica de San Juan de Letrán.
No obstante la frecuencia de los “Jubileos” cambió después del año 1.350 a causa del Gran Cisma de Occidente del año 1.378. Se cambió la frecuencia establecida. De hecho Urbsano VI lo promulgó para el año 1.390, a pesar de que su intención era introducir un nuevo periodo entre un Jubileo y otro: cada treintitrés años, en recuerdo de la vida de Jesús.
Con Bonifacio IX quiso que se celebrara también el “Jubileo” en el año 1.400, para respetar la periodicidad de los cincuenta años establecidas en 1.350. Se dio un nuevo tipo de peregrinación penitencial que, partiendo de diversas regiones de Italia septentrional se dirigían a Roma. Bajo el lema “PAZ Y MISERICORDIA”.
El “Jubileo” de 1.450, llamado el “Jubileo de los Santos”, fue abierto en la Basílica de San Juan de Letrán, por Nicolás V, considerado el primer Papa humanista. La respuesta de los fieles a su convocatoria fue excepcional, la mayor participación de la historia. Dicho Jubileo fue definido además, como el “Jubileo de los Santos”
Desde el año 1.475 los Jubileos se realizan cada veinticinco años. El Papa Sixto IV para hacer convergir todo el mundo católico a Roma. Fue utilizada la nueva tecnología de la “imprenta”, descubierta en el año 1.444 por Gutemberg: las Bulas Jubilares, las instrucciones para la jornada del peregrino y las oraciones que se debían recitar en los lugares sagrados. Fue presentado por primera vez, en modernos caracteres impresos.
Descubierto el continente Americano: el “Año Santo” del 1.500 representa por lo tanto un momento de paso no solamente hacia un nuevo siglo, sino también hacia un mundo mas vasto. Alejandro VI, el 24 de Diciembre de 1.449, inauguró solemnemente el “Jubileo” y añadió un nuevo rito: la apertura de una puerta Santa en la Basílica de San Pedro a la que, desde entonces, fue adjudicado el papel tradicional que la puerta aúrea de San Juan de Letrán, había desempeñado por siglos otros Jubileos importantes.
La falta de espacio, hace que recortemos la exposición, no obstante a modo de resumen, me resigno a no ignorar el correspondiente al del año 1.525: el Jubileo de la crisis religiosa en Europa, Clemente VII abrió la Puerta Santa en este Jubileo.
Otro importante en 1.550: El Jubileo en el tiempo del Concilio de Trento los Papas de este Jubileo son dos: Pablo III y Julio III.. El primero trabajó en la preparación hasta su muerte en el año 1.549. Y Julio III lo celebró a partir de Febrero del año 1.550.
Uno de gran participación de peregrinos fue el del año 1.600. “Avisos de Roma”, un diario urbano de la época, refirió que el “Año Santo” de 1.600 fue uno de los que tuvo más éxito.
Podemos continuar, exponiendo “años importantes” dentro del “Jubileo”, pero no contamos con espacios suficientes. En otra ocasión podemos ampliar dichos conocimientos.
Hay que considerar que en todo el orbe cristiano únicamente existen cinco ciudades que tienen carácter “Jubilar”, y donde se pueden ganar las “Indulgencias Plenarias”, que concede la Iglesia Católica. Las cinco son: Santiago de Compostela, Roma, Jerusalén, Santo Toribio de Liébana y Caravaca de la Cruz. Y las cinco celebran su Año Santo, siempre que su festividad de su santo patrón o advocación caiga en domingo.
Independientemente de la celebración “Jubilar” de la Diócesis de Cádiz y Ceuta. No obstante hay cierto número de ciudades en España que han celebrado el “Año Santo”, por motivos muy importantes y justificados que sería muy larga su exposición.
En tiempos pretéritos se veía durante el jubileo gran multitud de gente que iba a Roma desde todos los puntos de Europa, pero hoy solo lo hacen desde las provincias de Italia porque los Papas conceden a todos los países católicos el permiso de poder ganar el jubileo sin necesidad de pasar por Roma. Tenemos ejemplo de ello en diversas ciudades de España
Los jubileos extraordinarios son aquellos que no se celebran a intervalos regulares, sino que se realizan para conmemorar circunstancias espaciales. Los primeros jubileos extraordinarios se celebraron en 1.390 y 1.423.
¿Qué es una Puerta Santa?
Cada una de las cuatro basílicas de Roma tiene una Puerta Santa, que normalmente se sella desde el interior para que no se pueda abrir. Las puertas Santas sólo se abren durante el año del “Jubileo”, para que los peregrinos puedan entrar a través de ellas y ganas Indulgencias Plenarias vinculada al Jubileo.
¿Para conseguir
las Indulgencias?
Los requisitos son: peregrinación a la puerta Santa, Sacramentos de la Confesión y Eucaristía, rezo del Credo y una oración por el Papa.