Que hay que actuar en el Tarajal es evidente. Cualquier día va a suceder una nueva desgracia (y ya llevamos varias en la historia reciente) para la que la Administración no tendrá respuestas si no actúa con rapidez y contundencia. Es tal el desbarajuste existente y la auténtica dejación de funciones en la que se ha incurrido en este extremo de la ciudad, que urge una acción sin miramiento, aunque la misma, de entrada, escueza. Todos tenemos que ser consecuentes con una realidad que no puede continuar así. Los escolares del ‘Príncipe Felipe’ tienen que tener su integridad asegurada igual que los del resto de centros, sin toparse con situaciones como las que están viviendo y contando con una Policía Local que nunca puede estar ausente y tiene que contar con el refuerzo suficiente, sin caer en la falta de previsión en la que ha incurrido en estos últimos días. Los porteadores también deben estar seguros, no puede permitirse por mucha desgracia, hambruna y miseria que los rodee, que haya mujeres que pretendan salir con bultos tremendos por unas jaulas que, mal construidas desde el principio, pueden convertirse en su propia tumba. Los comerciantes también tienen que ser atendidos en esa lucha contra las consignas y almacenes ilegales sobre los que existen acuerdos plenarios para intervenir pero aún no se ha hecho. En resumen, hace falta orden en el entorno del Tarajal si no queremos que la situación explote y la ciudad no pueda dar marcha atrás. Las decisiones de ahora, tendrán después sus consecuencias, sin trampas.