Tres jóvenes, dos de ellos hermanos, permanecen en dependencias de la
Policía Nacional a la espera de su traslado al juzgado en Ceuta. Es el resultado de la
operación llevada a cabo este viernes en la barriada del
Príncipe, en donde se coordinó un operativo que movilizó a más de cien agentes entre miembros de la UIP, los GOES y la UPR, además de otras unidades de la Jefatura Superior. La de ayer ha sido
la segunda gran incursión policial con arrestos llevada a cabo bajo mandamiento judicial en esta barriada desde que se produjo la cadena de altercados tras el asesinato de Ibrahim -el pasado Viernes Santo-, traducida en la ejecución de disparos contra viviendas, vehículos y al aire en varios puntos de la ciudad. El pasado 26 de abril entraban en prisión preventiva los primeros dos detenidos, investigados por tentativa de homicidio, daños, desórdenes públicos, atentado, amenazas y pertenencia a grupo criminal. Con el procedimiento secreto,
el juzgado número 2 ha continuado con la instrucción y la Policía trabajando no solo en la línea de esclarecer los movimientos de grupos armados en Ceuta sino, también, para dar con los implicados en la muerte, de un disparo, del adolescente. Una tarea complicada por la cantidad de intoxicaciones pretendidas para enturbiar el proceso investigador, que sigue su marcha apoyándose en datos objetivos y pruebas evidentes que conduzcan al autor de la muerte del joven así como a los encubridores.
Pues bien, el operativo realizado ayer era una continuación de esas dos detenciones y seguirá habiendo más controles y más intervenciones hasta dar con las pruebas que busca el Cuerpo Nacional de Policía.
Así, a primera hora de la madrugada, se produjo la activación del operativo, trasladándose primero a un punto del Príncipe desde el que después se retirarían. Al poco se produjo la intervención en determinadas viviendas para su registro exhaustivo y a la vez. Viviendas -seis en total- para cuya entrada, maza en mano, se contaba con la autorización judicial arrestando a tres varones.
El procedimiento sigue secreto para, precisamente, proteger la investigación
Los agentes se desplegaron en la zona del Puente del Quemadero, la conocida como el Grifo, explanada del Reina Sofía y el antiguo Poblado Legionario, en donde, de manera simultánea, realizaron las entradas y registraron los distintos inmuebles. En concreto entraron en cuatro viviendas del mismo núcleo familiar ubicadas en la Agrupación Norte, en donde los registros se extendieron durante más tiempo. Mientras tanto, otros agentes accedían a una vivienda del Poblado Legionario antiguo y otros en la Agrupación Este. Como resultado se llevaron solo detenciones de presuntos implicados además de material para la investigación, pero no consta que esta vez se intervinieran armas, como sí sucedió en la primera fase de la operación, en abril, y posteriormente con el hallazgo de un subfusil de asalto.
La Jefatura Superior continúa con las investigaciones en marcha tras lo sucedido desde el Viernes Santo hasta días posteriores, ante una espiral violenta que no se había desatado de tal forma como en aquellas jornadas, en las que además de los continuos incidentes para provocar a las fuerzas de seguridad se registraron madrugadas enteras sembrando el pánico entre vecinos de las barriadas y disparando de manera alocada pudiendo causar heridas de gravedad. De hecho los disparos producidos contra una vivienda en concreto a punto estuvieron de alcanzar a una de sus moradoras.
Los registros en hasta seis viviendas se llevaron a cabo bajo mandamiento judicial
Los refuerzos llegados de la Península han servido para incrementar el número de efectivos disponibles para llevar a cabo operaciones como estas últimas, atendiendo así a las investigaciones desarrolladas con implicación de componentes de Policía Judicial y Udyco. Todas ellas comunicadas a la autoridad que instruye el caso con aporte de las informaciones que se van conociendo al hilo de actuar sobre un objetivo clave: la presencia de armas y, con preocupación, su entrega a menores de edad para la comisión de delitos de todo tipo.
Quemas de vehículos, de contenedores, disparos con heridos que en ocasiones esconden autolesiones para incriminar a miembros de otras bandas con denuncias falsas, amenazas... Son hechos que afloran detrás de los negocios del tráfico de drogas que explotan dos bandas concretas y que han provocado los diferentes episodios conflictivos que han terminado por generar un problema de seguridad importante en una ciudad que había aminorado sus episodios delincuenciales hasta que estallaron estos casos.
Durante el operativo de ayer se quiso extremar al máximo los controles al objeto de evitar altercados mientras se trabajaba sobre el terreno. La situación estuvo controlada salvo mínimas protestas de quienes defienden al entorno de los detenidos y clamaban contra la fuerza actuante in situ pero, también, a través de redes sociales.
La Policía Nacional, a través de su jefe superior en Ceuta, Javier Daniel Nogueroles, ya indicó en una comparecencia de prensa que
se iba a trabajar para no solo esclarecer el crimen del adolescente Ibrahim sino para erradicar la violencia callejera vinculada a determinados grupos para finalizar con una hilera de episodios que terminó por generar una situación que no se había producido antes, ni siquiera con mayor número de crímenes.
El trabajo policial no se centra solo en erradicar esos grupos delincuenciales sino en intentar retomar la normalidad quebrada en estas últimas fechas.
La autoridad judicial será la que determine la situación personal de estos tres nuevos arrestados cuando sean conducidos al Palacio de Justicia en presencia de sus abogados y pueda exponerse la relación de hechos, enmarcándose dicha actuación en la que ya está judicializada desde que comenzaron a sucederse los diferentes episodios vandálicos con armas de por medio en nuestra ciudad.