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Operación Feriante, la fuga de los inmigrantes en las atracciones

Cruzar el Estrecho oculto en una atracción de Feria. Hacerlo después de superar los férreos controles que aplican en Ceuta las fuerzas de seguridad. Ese es el objetivo que se plantean los inmigrantes que aspiran a encontrar en el final de las fiestas patronales su pasaporte para escapar. El punto y final a la Feria del reencuentro supone el inicio para aquellos que desde primera hora de la madrugada intentaban despistar a los feriantes para colarse entre los amasijos de hierro en que quedan reducidas las atracciones. La Policía Nacional y Local montó un dispositivo desde primera hora de la madrugada en el considerado primer filtro del circuito. En la misma explanada se iban revisando los camiones y aledaños para evitar que adultos y menores se colaran. El cierre de la frontera, cuyo filtro ha ayudado a impedir la entrada de todo aquel que no tiene visado, ha tenido su efecto directo en la menor presión sobre el recinto ferial. Los que han entrado a nado en recientes fechas han sido los protagonistas de los intentos de ocultación. Los feriantes colaboran en lo que pueden: primero vigilando que nadie se meta en el camión y luego alertando si notan algo sospechoso. Se termina una feria que económicamente no ha dado el resultado esperado y el abandono de Ceuta se quiere llevar a cabo sin problemas. Después llega la segunda parte. Los camiones son escoltados hasta el puerto ya que en el camino muchos quieren saltar a la carga. Es en el muelle donde tiene lugar la fase final en donde el control es tan exhaustivo que resulta casi imposible burlarlo al emplearse la máquina de detección de latidos así como la pericia del agente que siempre supera a la máquina.

El sensor de latidos, prácticamente infalible

El sensor de latidos funciona como una máquina prácticamente infalible. Los feriantes van pasando por el control según la naviera en la que vayan a embarcar después del filtro inicial policial. En la zona previa al embarque, agentes con canes de la unidad cinológica revisan la carga y además se usa esta máquina para detectar cualquier movimiento. En las inmediaciones de la Feria tan solo se apreció la presencia de algún adulto y un puñado de menores. Los feriantes coinciden en que las fiestas han sido muy tranquilas. De hecho incluso la presión de otros años ni por asomo se aprecia en esta. Los efectos del cierre fronterizo son determinantes. Guardia Civil y Policía Nacional rematan el operativo a pie de embarque. A primera hora los GRS han hecho una batida en las escolleras y en el caso de los GEAS se ha efectuado por mar. A los controles se ha sumado el empleo de un dron por parte de la Benemérita para un mejor control aportando imágenes aéreas.

El camino de ruta de los que intentan colarse

Curioso es que algunos de los inmigrantes que esperaban en las inmediaciones del recinto ferial para colarse en las atracciones, al no poder ejecutar esa acción, iban por sus propios medios hasta el puerto, accediendo a las escolleras para, desde allí, intentar llevar hasta el final su objetivo. Algunos son adultos pero destaca la cantidad de adolescentes y niños que no llegan a los 10 años. Son de los que habitualmente pernoctan en la calle o de los que han convertido las inmediaciones del puerto es su segunda casa. La presión de control ejercida en la frontera ha tenido un efecto clarísimo en las nulas detecciones de inmigrantes. De hecho desde que el operativo se ha puesto en marcha antes de las siete de la mañana hasta pasadas las once, no se había detectado a ningún inmigrante en las atracciones de los feriantes. Y más medios para dar con ellos no puede haber. Pero el hecho constatado es la efectividad del filtro de seguridad dispuesto en el Tarajal y las otras vías de pase abiertas como son las escapadas continuadas por vía marítima que siguen produciéndose.

Los primeros datos oficiales: una Operación Feriante anómala

El secretario de la Delegación del Gobierno, Ismael Kasrou, ha ofrecido a los medios de comunicación los primeros datos de una Operación Feriante anómala ya que las restricciones en la frontera han anulado las posibles entradas de adultos con pasaporte que podrían ser potenciales inmigrantes. En toda la mañana no se ha localizado a ningún inmigrante dentro de los cacharritos. Hasta las 13:00 horas se habían inspeccionado 35 vehículos y en las inmediaciones se había interceptado a 14 personas que querían colarse en las atracciones. De ellos 13 eran menores y uno adulto. “Probablemente esto esté vinculado a las características que ha adquirido Ceuta tras la modificación de acceso a la ciudad, que solo se puede hacer con visado, y esto hace que ese perfil de adulto” no se detecte al no ser tan fácil la entrada por la frontera para ellos.

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