Las sospechas las levantaron los propios porteadores a los que los agentes del Grupo Operativo Administrativo (GOA) de la Policía Local solo tuvieron que prestarles atención y empezar a tirar del hilo sobre el origen de la mercancía que portaban a sus espaldas.
Botes de crema de cacao, barras de chocolate y chocolatinas varias de una marca conocida cuyo etiquetado era irregular puesto que formaban parte de lotes que estaban destinados a su venta en puntos ajenos a la Unión Europea. Esto fue el detonante para que, después de confirmar sus pesquisas, el GOA desarrollara en la mañana de ayer una operación en pleno polígono del Tarajal que se saldó con la inmovilización de varios lotes de mercancía en una de las naves inspeccionadas. Los integrantes de esta unidad, adscrita a la Policía Local, contaron con el apoyo de unidades de la UIR ante la posibilidad de que se produjeran problemas.
Trabajadores de la Inspección de Consumo estuvieron presentes junto al GOA en una intervención que comenzó pasadas las diez de la mañana y constituyó uno de los temas de debate en un polígono del Tarajal especialmente masificado por porteadores. Las colas de hombres y mujeres y el intento por pasar bultos enormes complicaba las tareas de la UIP del Cuerpo Nacional de Policía. Algunos de estos camalos portaban a sus espaldas bultos adquiridos, antes de la llegada de la UIR, en la nave que ayer fue objeto de intervención. Un ejemplo de que se estaba procediendo a una salida irregular de determinados bultos.
Las mercancías inmovilizadas por el GOA, cuya cantidad no pudo ser precisada ayer por Gobernación, son de origen polaco y se fabrican para ser exportadas a países ajenos a la Unión Europea, aunque curiosamente han terminado llegando a Ceuta y vendiéndose directamente en las naves aunque su destino sea Marruecos. El etiquetado que presentan los productos es irregular por cuanto no es apto para su venta en este territorio ya que no cumple con los requisitos establecidos, ya que se presume su venta y distribución en otros países.
Durante más de dos horas, los policías estuvieron en el interior de la nave analizando y cotejando la mercancía, inmovilizando una parte e iniciando un proceso sancionador que sigue su camino y que se traducirá en la imposición de una multa económica.
Al margen de dicho proceso, el propietario de la mercancía tiene dos posibles vías: o deportarla a su país de origen contactando con la empresa fabricante de la misma o, al tratarse de alimentos aptos para el consumo, proceder a su reparto a entes benéficos. Además cabría investigar si esa mercancía, que pertenece toda a una misma casa comercial, cumple con las normas legales y no se trata de falsificación alguna, extremo sobre el que no ha existido pronunciamiento alguno
¿Quién pone orden en el polígono?
C. E. ceuta
¿Qué tipo de mercancía se mueve en el Tarajal?, ¿qué entra y qué sale del polígono?, ¿qué control existe sobre almacenes y consignas y qué canal de procedencia cumplen? Esas son cuestiones puestas, desde hace unos meses, encima de la mesa y que han motivado varias actuaciones que se enmarcan en la lucha contra el fraude. Los propios empresarios son los más interesados en que se investigue el origen de determinados lotes de mercancía, así como el movimiento en torno a las consignas a donde llega material que luego se introduce en el polígono para su pase a Marruecos. Se hace además desde primera hora, con lo que muchos comerciantes ven imposible acceder a sus naves ya que amanecen bloqueadas con bultos ajenos al comercio de las legalmente establecidas.
A la operación practicada ayer por el GOA en una de las naves del polígono se añaden otras como la que, bajo la coordinación de la Agencia Tributaria y Aduanas, se llevó a cabo a primeros de mes sobre un par de locales que funcionaban como consignas. La propia Delegación del Gobierno advirtió de que le seguirían más, y buena parte de ellas orientadas al necesario control sobre todo el movimiento comercial que termina en el polígono pero cuyo origen viene marcado por interrogantes que deben, cuando menos, esclarecerse.
Se quiere controlar y se quiere poner orden para evitar más tapones, avalanchas y situaciones como las que volvieron a repetirse ayer ante los últimos coletazos de vida del puente del Biutz.