El tribunal de la Sección VI de la
Audiencia Provincial de Cádiz en Ceuta ha
condenado a cinco de los 7 acusados de un delito de tráfico de inmigrantes, todos ellos detenidos por la Guardia Civil en 2019, en el marco de la
Operación Astillero.
Los acusados reconocieron los hechos y aceptaron las penas impuestas por el máximo órgano judicial en nuestra ciudad, por lo que no fue necesario la celebración de vista oral al alcanzarse una conformidad y dictarse la sentencia in voce.
La pena más elevada es de 4 años de cárcel para el llamado A.A.; le sigue otra pena de 3 años y medio para O.E.F. al aplicarse en su caso una atenuante de colaboración; otros dos acusados -I.M. y N.E.- aceptaron penas de 2 años, 5 meses y 24 días; mientras que la única mujer implicada en la causa, N.E.H., aceptó una condena de 2 años. Otros dos acusados, O.M. y M.S..E., quedaron absueltos al no considerarse probada su participación en este delito.
La Operación Astillero fue el resultado de meses de investigación llevados a cabo por la Guardia Civil para dar con quienes se dedicaban al tráfico de personas de origen marroquí, que eran trasladadas a la Península en embarcaciones después de haber permanecido en Ceuta esperando ese momento. La investigación fue llevada a cabo por el Servicio de Información y tuvo su fase estelar el 4 de junio de 2019, cuando se ejecutaron registros bajo los oportunos mandamientos judiciales en el Pasaje Recreo, calle Peligros, el Sarchal y el puerto pesquero.
Los hechos se tradujeron en la práctica de varios registros en el Sarchal, Pasaje Recreo o la lonja
Los detenidos cooperaban en la captación de los inmigrantes en Marruecos para su pase a Ceuta con la promesa de su traslado posterior a la Península en embarcaciones neumáticas o tipo patera. Había casos en los que el pase se llevaba a cabo en el ferry, después de haber facilitado a los inmigrantes documentación falsa pero coincidente en los rasgos físicos entre el portador del documento y la imagen para intentar despistar a las fuerzas de seguridad.
Las investigaciones de la Guardia Civil llevaron a concluir que los acusados cobraban entre 3.500 y 5.500 euros siendo el principal implicado en la trama el llamado A.A., ya que se encargaría de organizar y dar órdenes a los demás acusados. Adquirían motores y embarcaciones para disponer de los vehículos necesarios para el transporte por vía marítima. En esas labores cooperaba en el escalafón más alto el llamado O.E.F. Los inmigrantes eran escondidos en cuartillos de la lonja hasta que se preparaba su salida a la Península. Para poder despistar a las fuerzas de seguridad se hacían llamadas avisando de salidas de embarcaciones por otro lado distinto.
La Guardia Civil atribuye a estas personas varios pases, algunos de menores
Las investigaciones llevadas a cabo por la Guardia Civil vinieron a concluir que los ahora condenados llevaban actuando desde 2018. Algunos de esos pases fueron abortados por la Guardia Civil, en cambio en otras ocasiones sí fructificaron las salidas sin hallar obstáculo.
Algunos de los inmigrantes que pudieron alcanzar la Península surtiéndose de estos servicios eran menores de edad. Todas se hacían de madrugada.
En la operación, la Guardia Civil pudo intervenir además de dispositivos telefónicos, numerosa documentación, 7 motores, más de 200 litros de combustible, embarcaciones neumáticas y chalecos salvavidas de los utilizados para pertrechar a los inmigrantes con intención de trasladarlos a la Península, encontrándose, de hecho, a dos de ellos escondidos a la espera de completar un nuevo pase.
Para la práctica de los distintos registros efectuados se contó con la cobertura en materia de seguridad de los GRS, que se desplegaron en la zona del Recinto para que los investigadores pudieran ejecutar las distintas detenciones bajo mandamiento del juzgado de instrucción número 5.
El acuerdo alcanzado entre las partes llevó a que no se celebrara juicio y por tanto no tuvieron que declarar los guardias civiles del Servicio Marítimo y de los grupos de Información que habían sido citados y que esperaban fuera de la sala para entrar.
Los acusados reconocieron los hechos, exculpándose del delito a los dos que quedaron absueltos y aceptando las penas leídas por el presidente del tribunal. La sentencia es firme.