Categorías: Tribunales y justicia

Once ceutíes cumplen penas de cárcel por su participación en delitos contra la seguridad vial

El Código Penal contempla cada vez sanciones más duras que pueden llevar a cualquier conductor a su ingreso en Los Rosales si tiene antecedentes. La Fiscalía anima a denunciar los casos de acoso.

Once ceutíes que cumplen penas relacionadas con delitos contra la seguridad vial se entremezclan entre los internos que habitan la cárcel de Los Rosales. Son el vivo ejemplo de un Código Penal que contempla, cada vez, sanciones más duras contra quienes infringen las normas de tráfico.
A fecha de hoy, y según datos oficiales, permanecen internos cinco hombres por conducir sin permiso, otro por hacerlo bajo la influencia de bebidas alcohólicas y otros cinco por conducción temeraria.
Lo que antes se podía solucionar con multas más o menos severas, contempla ahora el paso por prisión si se trata de individuos que tienen antecedentes o si los delitos cometidos son de gravedad.
Estos once presos forman parte de la lista de más de mil que cumplen penas en las distintas cárceles de España, tal y como esta misma semana reconocía la Fiscalía de Seguridad Vial.
Cumplir cárcel por cometer algún delito contra la seguridad vial puede convertirse en la pesadilla más fácil de cumplir para cualquier conductor. Las penas son cada vez más duras, ya que, en esta materia el Código Penal ha sufrido ya varias reformas. Por ejemplo conducir a excesiva velocidad o hacerlo bajo la influencia del alcohol conllevan ya penas de cárcel.
Por conductas de este tipo, ya son mil los conductores que cumplen condena en cualquiera de las cárceles del país, además seis de cada diez son reincidentes.
Tráfico ha anunciado este verano su esperanza de que los ciudadanos se animen a denunciar a aquellos automovilistas que se pegan al vehículo que va delante para forzar el adelantamiento.
En este grupo están también los que adelantan sin apenas espacio, los que se pegan al coche de delante para que se aparte. Les pueden caer de 6 meses a 2 años de cárcel.

Lo que dice el Código Penal

Pero hay más sanciones. El artículo 379 del Código Penal avanza una de ellas. Así, “el que condujere un vehículo de motor o un ciclomotor a velocidad superior en sesenta kilómetros por hora en vía urbana o en ochenta kilómetros por hora en vía interurbana a la permitida reglamentariamente, será castigado con la pena de prisión de tres a seis meses o a la de multa de seis a doce meses y trabajos en beneficio de la comunidad de treinta y uno a noventa días, y, en cualquier caso, a la de privación del derecho a conducir vehículos a motor y ciclomotores por tiempo superior a uno y hasta cuatro años”. El articulado sigue, ya que, indica, “con las mismas penas será castigado el que condujere un vehículo de motor o ciclomotor bajo la influencia de drogas tóxicas, estupefacientes, sustancias psicotrópicas o de bebidas alcohólicas. En todo caso será condenado con dichas penas el que condujere con una tasa de alcohol en aire espirado superior a 0,60 miligramos por litro o con una tasa de alcohol en sangre superior a 1,2 gramos por litro”.
Hay situaciones en las que el infractor puede suplir la pena de cárcel con una multa o con la realización de trabajos para la comunidad. En otros, la situación es radicalmente distinta ya que si se pone en peligro una vida humana la pena es de prisión y ya en una cuantía superior, incluso llegando a los cinco años. Así se recoge en los artículos 380 y 381 del Código Penal. “El que condujere un vehículo a motor o un ciclomotor con temeridad manifiesta y pusiere en concreto peligro la vida o la integridad de las personas será castigado con las penas de prisión de seis meses a dos años y privación del derecho a conducir vehículos a motor y ciclomotores por tiempo superior a uno y hasta seis años”. Además, “será castigado con las penas de prisión de dos a cinco años, multa de doce a veinticuatro meses y privación del derecho a conducir vehículos a motor y ciclomotores durante un período de seis a diez años el que, con manifiesto desprecio por la vida de los demás, realizare la conducta descrita en el artículo anterior”.
Negarse a la realización de un test de alcoholemia puede conllevar una pena de un año de cárcel mientras que conducir sin carné o hacerlo tras haber perdido la totalidad de los puntos puede llevar parejo penas de hasta seis meses de prisión o de multa además de trabajos en beneficio de la comunidad.
La presión delictiva en este ámbito es clara puesto que no hay día en que los juzgados de lo Penal de Ceuta celebren una vista sentando en el banquillo a un infractor al volante. La gran mayoría de los juicios (el 80%) se salda con sentencias por conformidad o multas. Pero los hay también que terminan entre rejas.
En busca de mantener medidas represivas contra los malos comportamientos al volante, Tráfico incluye como novedad los decomisos de vehículos. Así las cosas a un conductor le pueden quitar el coche para siempre o temporalmente si es reincidente o ha provocado lesiones graves o muertes. Además los fiscales pedirán el decomiso cuando el detenido use inhibidores de radar, haya trucado la matrícula, los tacógrafos o lleve el coche tuneado.

sacarse el carné desde la prisión

La prisión de Los Rosales no es ajena a la existencia de presos que cumplen delitos en materia de seguridad vial, por eso ha organizado cursos dirigidos a atender esos déficits. Así las cosas un educador del centro se dedica a impartir cursos para aquellos internos que se encuentran en el centro sin posibilidad de salida al exterior. Son acciones que no se ciñen a un perfil concreto  de condenados por delitos relacionados con la seguridad vial ya que van más allá, sirviendo “para concienciar sobre este asunto y dar nociones básicas a la generalidad de los internos”, indican fuentes de la penitenciaría. El último curso de este tipo se extendió desde marzo hasta julio y constó de dos partes: una dirigida a formar a un grupo reducido de internos que a su vez sirvieran como transmisores de los conocimientos adquiridos en materia de seguridad vial y otra de formación básica de internos por la que han pasado por el aula de formación un grupo de más de veinte.  Con los internos que se encuentran en tercer grado se hace un trabajo añadido para fomentar la obtención del carné de conducir. A lo largo de 2010 son otro grupo de unos veinte internos los que han estado incluidos en el programa de salidas para la obtención del carné en distintas autoescuelas. En este caso como parte de la responsabilidad que se busca fomentar en estos internos, ellos mismos deben hacer frente al coste. Por otro lado y combinando la idea de educación vial y el fomento del empleo la prisión tiene un programa amparado por la Fundación La Caixa donde se trabaja con  un grupo de internos, en este caso son seis, con la colaboración de una autoescuela donde se están formando para la obtención del carné de conducción de camión o de autobús con las miras puestas en tener una salida laboral.

El decomiso, sustituto de las penas

Quizá será mejor que uno pierda el vehículo antes que terminar con los huesos en la cárcel. Esa premisa es la que ha hecho suya la Fiscalía para posibilitar al conductor que cometa un delito el perder su turismo a cambio de no ingresar en prisión. Así, el decomiso de vehículos implicados en delitos de tráfico pretende ser un “sustitutivo” de la prisión para los infractores, ya que la cárcel es siempre “lo último que un fiscal desea”, indicó el fiscal coordinador de Seguridad Vial, Bartolomé Vargas, en relación con la entrada en vigor de la reforma del Código Penal en diciembre. Vargas añadió además en declaraciones a los periodistas que la pena de cárcel es una medida “muy rigurosa” que debe quedar “reservada” a los casos “muy graves”. El número de personas que cumplen prisión en España por cometer un delito contra la seguridad vial se ha multiplicado por más de siete desde enero de 2009. De 200 detenidos por este motivo se ha pasado en un año a más de mil, a los que hay que sumar los aproximadamente 500 reclusos que penan en Cataluña, la única comunidad con competencias propias en materia de cárceles. Por tipo de delitos, el más común es el de conducir sin permiso, por el que permanecen en prisión 352 personas, un 35,6 por ciento de los reclusos relacionados con la seguridad vial. Va seguido de conducción bajo la influencia de alcohol o drogas (28,3 por ciento), conducción temeraria (23,9 por ciento), negarse a someterse a una prueba de alcohol o drogas (5,9 por ciento), conducir con manifiesto desprecio por la vida (4,1 por ciento) y velocidad excesiva (2,6 por ciento). En 2009 aumentó la incoación de procedimientos penales por delitos contra la seguridad vial alrededor de un 26 por ciento, siguiendo la progresión en aumento desde que se reformó el Código Penal en 2007. Además, remarcó que hasta un 25 por ciento de los conductores controlados había consumido algún tipo de droga antes de sentarse al volante.

4 temas claves

las estadísticas
A nivel nacional unos mil conductores cumplen penas por delitos relacionados con la seguridad vial. De todos ellos un mínimo porcentaje lo representan ciudadanos de Ceuta: tan sólo once personas. Eso sí, en los juzgados prácticamente a diario se celebra una vista judicial en la que se sienta en el banquillo implicados en delitos de este tipo. La gran mayoría termina con sentencias por conformidad, prácticamente el 80 por ciento. Las mismas se arreglan con multas económicas.
los cambios
El articulado del Código Penal propone cambios cada vez más drásticos y endurecimiento de las condenas. No obstante se posibilita medidas paliativas como el decomiso del vehículo en vez de la entrada en prisión del conductor que haya cometido una infracción. La Fiscalía informa del elevado número de casos de infracciones de conductores, lo que ha llevado a que aumente el volumen de personas que termina parando en la cárcel. Con las reformas previstas se espera que se obtengan mejoras de la conducta al volante.
las medidas
En la cárcel de Los Rosales se imparten programas de seguridad vial orientados a que los presos puedan mejorar su conducción. Los programas llevan vigentes varios meses y se distribuyen según las áreas de solicitud y requerimiento de los internos. Cumplir cárcel por la comisión de delitos relacionados con la seguridad vial puede terminar siendo una pesadilla con visos de hacerse realidad.
campañas
Tráfico pone en marcha distintas campañas con la finalidad de provocar que el conductor mejore sus técnicas al volante. Estas campañas pueden ser represivas. Es el caso de aquellas que terminan endureciendo las sanciones ligadas a comportamientos anómalos al volante. En el endurecimiento del Código Penal ha influido, y mucho, las campañas de Tráfico que condenan el número de accidentes que pueden tener que ver con comportamientos erráticos al volante. De los ceutíes que cumplen condena los hay por hacerlo de manera temeraria o bajo los efectos del alcohol.

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