Seguimos fallando en lo mismo. No esperen que con esta opinión cambien las cosas. Llevamos años escribiendo las mismas reclamaciones, pero como estos muertos sencillamente no interesan a nadie (o, mejor dicho, solo a unos pocos), no se mueve un dedo por mejorar en protocolos, gestiones y atenciones ante las muertes que se producen en la frontera sur.
Aquí hemos enterrado a un chico de 16 años como “varón, sin identificar” y al día siguiente llegó un familiar reclamándolo. Aquí hemos enterrado a un niño con esa misma reseña y un mes después se logró dar con familiares que lo estaban buscando. En ninguno de los casos se pudo gestionar una repatriación o un entierro con presencia de esas madres, las que en el fondo más importan.
Los escasos y deficitarios recursos con los que se cuenta impiden disponer de infraestructuras en condiciones para mantener cuerpos el tiempo que sea necesario al objeto no solo de lograr identificaciones y localización de familias, sino llevar a cabo repatriaciones.
Esto es un deber que tenemos como sociedad, pero como decía al principio no importan esos muertos que lo más que llevan es a colocar un mensaje en redes sociales para pasar después página.
Desde el 18 de enero, varias familias de Marruecos están buscando a sus seres queridos. Son 5 los que faltan, iban en una embarcación de la que fueron arrojados. Solo quieren saber dónde pueden estar. El silencio es la respuesta que obtienen. Ni un mensaje, ni una declaración política, ni una intervención de oenegés. Nada, el silencio.
Ayer fueron enterrados los dos cuerpos hallados en Santa Catalina, dos varones que llevaban sin vida precisamente el tiempo de la desaparición de esas personas. Fueron enterrados aquí ante la imposibilidad de tenerlos por más tiempo en el depósito, negando por tanto la posibilidad de un traslado.
Con asuntos así no podemos jugar a pasarnos la pelota hasta ver quién es el competente. Con asuntos como la muerte y la dignidad las instituciones se deben implicar con todas sus fuerzas.
Con gestos así es como avanza una sociedad, no con pancartas, ni protestas, ni mensajes en redes sociales ni minutos de silencio absurdos. Pero no lo entendemos, simplemente porque no queremos entenderlo, porque esos muertos no importan.
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Llevas toda la razón Carmen, vivimos en una sociedad donde “nuestros” “políticos” cada día tienen más cuentos y menos dignidad, ya no tienen ni dignidad con los muertes y sus familiares.
Deberían de hacer todo lo posible porque esos cuerpos fuesen enterrados entregados a sus familiares. Si hay que hacer un esfuerzo económico, etc., pues hay que hacerlo, por encima de todo debe de imperar la dignidad y el respeto de esas pobres padres y familiares que buscan desesperadamente saber algo de sus hijos.
Puede que haya políticos de verdad, que tengan dignidad, pero cada día quedan menos.
Si tienes dignidad y eres una personas de principios y lealtad hacia las personas más desfavorecidas es difícil de hacerte un hueco en la política.
Tal y como están los principales partidos políticos los puestos de altura están para los que están dispuestos a pisotear lo que sea y a quien sea.