El 1 de noviembre se celebra el Día de Todos los Santos. Andalucía Acoge ha hecho un recorrido por los principales acontecimientos migratorios en estas tres últimas décadas. El 1 de noviembre de 1988 el mar arrojó el primer cuerpo de un inmigrante a las costas españolas, el de Nador, un joven marroquí de 23 años; desde entonces, alrededor de 7.000 personas han perdido la vida en el Estrecho tratando de alcanzar nuestro país, casi 500 de ellas este año.
Con motivo de esta trágica efeméride, la Fundación PorCausa ha elaborado el informe '30 años de muertes en el Estrecho', un recorrido por los principales acontecimientos migratorios en estas tres últimas décadas que les lleva a concluir que "la historia se repite" y que "la arbitrariedad y el parcheo son el eje transversal en las políticas migratorias".
Desde las primeras piedras en la construcción de la valla fronteriza de la Unión Europea con África en Ceuta y Melilla en el 1990 hasta la histórica devolución en caliente de los 116 inmigrantes que fueron devueltos a Marruecos el 22 de agosto de 2018. 28 años en los que Ceuta ha estado muy presente en materia de inmigración y que Andalucía Acoge ha hecho un pequeño recordatorio de algunos momentos claves.
Un antes y un después en la historia de la inmigración llegaría con el Acuerdo de Schengen. Se rompe un acuerdo bilateral entre España y Marruecos que permitía las entradas y salidas entre ambos países sin apenas controles y comienza una política migratoria más restrictiva al imponer visado a los países del Magreb.
Ceuta y Melilla conservaron un régimen específico de exención de visados para las personas residentes en las provincias vecinas de Tetuán y Nador, ciudades como Algeciras (en la provincia de Cádiz), con barriadas con población de origen marroquí, se ven directamente afectadas.
Los subsaharianos habían comenzado a llegar a Ceuta en el año 1991. Y sin ninguna ayuda por parte de las administraciones públicas, circunstancia que hoy en día es impensable, se buscaban la vida de la manera que podían. Nada más que tenían algún apoyo por parte de alguna organización no gubernamental y de algún sacerdote.
En las semanas anteriores al 11 de octubre, la frontera de Ceuta había sido violentada por parte de decenas de kurdos. Entonces era facilísimo, porque lo que hoy conocemos como el perímetro fronterizo estaba en sus comienzos, prácticamente, en pañales. Los inmigrantes subsaharianos no salían de Ceuta, era imposible. No existía ese tráfico fluido que hoy vemos de salidas hacia la península de manera organizada. Las imágenes que reproducimos habitualmente con decenas de residentes del CETI camino de distintos puntos de la península hubieran sido impensables 20 años atrás.
Cuando los subsaharianos decidieron abandonar su protesta a primera hora de la mañana del once de octubre, ya se sabía que algo iba a ocurrir. Y lo cierto es que no tardó en saltar la chispa. Varios centenares de inmigrantes comenzaron a lanzar piedras contras los viandantes que circulaban alrededor de las once de la mañana por la Avenida San Juan de Dios. En pocos minutos aquello se convirtió en una verdadera batalla campal. La reacción ciudadana fue también virulenta y los transeúntes comenzaron a responder a los subsaharianos de la misma manera.
Con la llegada de los agentes del Cuerpo Nacional de Policía y la Guardia Civil, los subsaharianos se replegaron hasta la antigua discoteca de la Unión Africa Ceutí, pero en aquel tumulto de enfrentamientos, casi de cuerpo a cuerpo, cayó herido el agente de la Policía Nacional, Antonio Arrebola Alcántara.
Es el año en que Ceuta y Melilla acceden a la autonomía y aprueban sus Estatutos (Melilla y Ceuta) ante pertenecientes respectivamente a las provincias de Málaga y Cádiz. Ambas quedan fuera del espacio aduanero de la Unión Europea y del tratado de Schengen. Únicos enclaves terrestres europeos en África, con excepciones en su encuadre europeo y español, su identidad como Frontera Sur modifica también las rutas migratorias y las relaciones con Marruecos.
Algeciras Acoge recibe una llamada desde Ceuta porque iban a trasladar a una joven nigeriana a la Península y las mafias estaban esperando para prostituirla en Europa. Esas redes criminales se mueven con desenvoltura y ostentación, conocen horarios de llegada y esperan en el mismo puerto la recogida de las mujeres. Mientras los campamentos de personas de origen subsahariano se organizan en los alrededores de Melilla y Ceuta, en la costa de Campo de Gibraltar tan sólo transitan personas de origen marroquí. El precio del viaje ronda ya las 200.000 pesetas.
En el Estrecho se pone en marcha el SIVE en Algeciras y a partir de febrero también se cierra el campamento de Calamocarro y se inaugura el CETI de Ceuta. Las personas inmigrantes se empiezan a agrupar a las puertas de Ceuta (campamento de Ben Younes) y de Melilla (en el monte Gurugú). Se produce un cambio en la ruta migratoria de personas subsaharianas, nuevamente se vuelve al Estrecho ya con las embarcaciones neumáticas. Lo novedoso: bebés y menores de muy corta edad empiezan a llegar a las costas españolas.
Durante el primer semestre de 2002 el número de detenciones de personas inmigrantes llegadas por vías irregulares al litoral español descendió en un 23.66%, siendo la disminución en el estrecho de casi el 80%. En cambio las llegadas por tierra (a través de Ceuta y Melilla) aumentaron. El aumento de la vigilancia de la Guardia civil y el sistema SIVE (implantado en fase experimental en Algeciras) podrían haber sido elementos disuasorios, pero también cuentan la mayor información sobre los riesgos del viaje, un enfoque más represivo
por parte de Marruecos como consecuencia de los atentados del 11 de septiembre, y el cambio de rutas o itinerarios hacia las islas Canarias.
Se decide el cierre definitivo del CIE de Málaga (Capuchinos), por cuya clausura Andalucía Acoge y actores de la sociedad civil, venían reclamando desde hacía décadas. El de Algeciras, con su extensión en Tarifa, queda como único CIE de Andalucía.
La frontera de Melilla sufrió mayor presión que la de Ceuta debido a las expulsiones de argelinos al desierto, más cercano y accesible desde Melilla. Ceuta, debido a la vigilancia del Tarajal por parte de Marruecos, vio aumentar las entradas a nado desde territorio marroquí. Aumentó el número de personas migrantes muertas y desaparecidas. En el CETI de Melilla (con 480 plazas y 900 internos) se producen protestas por el largo periodo de estancia sin esperanza ni atenciones adecuadas.
En septiembre de 2013, el éxodo de personas refugiadas sirias huyendo de la guerra llegaba a dos millones de personas. Aunque las rutas de acceso prioritarias eran las del Mediterráneo central y oriental, ya se empiezan a confirmar llegadas de nacionales sirios a las fronteras de Melilla y Ceuta, que mediante programas de acogida van siendo trasladados/as a la península.
Por primera vez se utilizan “toys” o barcas de juguete para emprender el peligroso cruce del Estrecho. En Marruecos se incrementan y se endurecen las redadas sistemáticas contra personas inmigrantes.
El 6 de febrero se produce la tragedia del Tarajal en Ceuta cuando más de 200 personas trataron de entrar en Ceuta desde territorio marroquí, muchas de ellas a nado. La Guardia Civil utilizó material antidisturbios, botes de humo y balas de goma-, para evitar que llegasen a territorio español provocando el caos. Como resultado fueron encontrados quince cuerpos en territorio español, docenas desaparecieron y otras murieron en territorio marroquí o fueron devueltos en caliente.
Ni la Guardia Civil ni los militares marroquíes presentes ayudaron a las personas que se estaban ahogando ante de ellos. A pesar de las pruebas audiovisuales y los testimonios, la justicia no encontró irregularidades y los familiares de los muertos ni siquiera obtuvieron el visado para entrar en Ceuta y reconocer a las víctimas.
2017 fue un año histórico para España en cuanto a llegadas de persona migrantes en situación administrativa irregular solo por detrás de 2006, cuando se produjo la crisis de los cayucos en la ruta hacia Canarias.
Según datos del Ministerio del Interior, en diciembre de 2017 y contando entradas por mar y por la valla de Ceuta y Melilla, un total de 27.253 inmigrantes frente a los 13.871 de 2016, es decir más de un 96%. El alarmismo y el discurso securitario respecto a la migración se dispara. El ministro de interior, Juan Ignacio Zoido preside una reunión de ministros de interior del G-6 en Sevilla sobre terrorismo e inmigración, solo dos meses después de los atentados de Barcelona y Cambrils. Andalucía Acoge, junto a muchos actores de la sociedad civil, alertan del peligroso auge del discurso antinmigratorio e islamófobo que implica.
Los inmigrantes que entraron a Ceuta, devueltos a Marruecos en una operación policial extraordinaria.
En pequeños grupos de 10 o 20 personas, fueron entregados por la Policía y la Guardia Civil a los agentes marroquíes a pie de Tarajal. La operación, de carácter extraordinario, se fraguó a contrarreloj en las últimas horas y se ejecutó desde la misma mañana que entraron.
Marruecos aceptó a todos los subsaharianos que cruzaron a Ceuta.Todos los subsaharianos recibieron en las últimas horas asistencia letrada en Jefatura Superior. Allí se les tomó las huellas por agentes de la Científica y se les filió por efectivos de Extranjería. En la operación se cumplieron todos los trámites en base a una entrada ilegal y se les ha abierto expediente de devolución, firmados previa asistencia letrada.
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