El rescate de inmigrantes debajo de los barcos, que intentan salir de Ceuta arriesgando sus vidas de esta manera, se ha convertido en un servicio común para
la Guardia Civil. Este sábado, los componentes del Servicio Marítimo fueron alertados ante la presencia de cuatro inmigrantes que se habían colado en el ‘Volcán de Teno’. El ferry pudo salir con más de quince minutos de retraso sobre su hora establecida. Cuando los agentes revisaron de forma exhaustiva el barco localizaron a tres magrebíes, uno de ellos argelino y con tarjeta de residencia del
Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes (CETI). El cuarto, enfundado en traje de neopreno, salió nadando por sus propios medios acudiendo hasta la zona contraria al atraque del buque de Trasmediterránea. Solo uno de los tres inmigrantes salió de forma voluntaria mientras que los otros dos fueron instados durante minutos a hacerlo, no ya solo por parte del Servicio Marítimo sino también de un marinero del buque. La historia de este nuevo intento de marcha de Ceuta terminó con los inmigrantes en la Jefatura Superior del Cuerpo Nacional de Policía, repitiéndose una escena que forma parte de los partes que, casi a diario, se escriben bien por parte del Instituto Armado o por la Policía Portuaria. Este mismo viernes tenían que sacar de debajo del muelle a otros inmigrantes allí ocultos que querían llegar hasta los barcos que hacen la ruta con Algeciras. Se llegó a alertar al 112 de que uno se estaba ahogando, pero cuando se personaron las fuerzas de seguridad era incierto. Son las noticias del día a día. Las que protagonizan aquellos que no hacen sino encontrar en el puerto de Ceuta una vía de escape y los que tienen encomendado pararlos. Y en medio de unos y otros, la tripulación de los barcos cuyos horarios quedan partidos por situaciones de este tipo que pueden ocurrir en cualquier salida.