Más de 900 ciudadanos españoles y residentes en nuestro país han zarpado en la tarde de este jueves desde el puerto internacional de Tánger-Med hacia Málaga. Tras más de tres meses y medio fuera de sus hogares, estos 918 ciudadanos y 404 vehículos a bordo regresan a casa en un nuevo barco especial operado por Baleària y organizado por la Embajada española en Marruecos.
Se trata del octavo barco de repatriación que sale desde Tánger para traer de vuelta a España tanto a ciudadanos españoles como a marroquíes residentes en nuestro país, que se han desplazado con sus coches o a pie a primera hora de la mañana hasta el puerto de Tánger, en cuyos accesos se han formado colas desde bien temprano.
Al igual que en los siete anteriores, el 22 y 28 de mayo y el 3, 4, 10, 11 y 17 de junio, este ferri tenía previsto salir a las 14.00 horas (horario marroquí), aunque lo ha hecho con casi dos horas de retraso, y la llegada a Málaga será sobre las 20.00 horas.
Dentro del barco, además de los trabajadores, la cartelería recordaba a los pasajeros la obligatoriedad de llevar en todo momento la mascarilla puesta y mantener las distancias de seguridad, por lo que solo debían sentarse en los asientos que se les ha indicado y solo en caso de que fueran familiares podían sentarse juntos.
De Tánger a la playa de Castelldefels
Cientos de personas con historias que tendrá un final feliz muy pronto como la de Hassan El Houas Garbi, un español de 49 años que vive desde hace 32 en Barcelona, donde le esperan su mujer y sus hijos: Rodayna, de cuatro años, y Salim, que cumple dos el sábado. “Ya me voy para Barcelona que mi hijo el sábado es su cumple y estoy deseando abrazarlos”, comenta “algo nervioso”.
Viajó el pasado 28 de febrero en avión hasta Tánger, donde nació y donde residen sus padres. Su madre “está algo mayor ya y quería verla y estar unos días con ella”. “Mi intención era volver en una semana, cerraron y digo… bueno abrirán en una semana o 15 días. No imaginábamos que iba a ser tanto tiempo”, explica.
Su mujer y él trabajan en un restaurante en la playa de Castelldefels, por lo que muy pronto va a poder reincorporarse a su trabajo y “eso es una bendición porque en mi casa necesitamos el dinero”. “Me llamaron hace cuatro o cinco días y madre mía, no te lo imaginas lo feliz que me siento, no puedo explicarlo”, confiesa.
Como viajaba sin coche “solo he tenido que pagar los 74 euros de la butaca”. No obstante, aún le queda casi un día para llegar a Barcelona. “He comprado un billete de avión para mañana (por este viernes) a las 7 y media de la mañana, así que voy a pasar toda la noche en el aeropuerto, pero no me importa porque voy a llegar justo para el cumpleaños de mi hijo”, concluye.
"Estaba desesperado y muy mal"
Mohamed Nassim es otro de los que vuelve este jueves a España. Este español de origen marroquí vive en Valencia junto a su mujer y sus dos hijas. Viajó el 10 de marzo solo con su coche para aprovechar la semana de vacaciones que tenía en el trabajo y visitar a su familia a la que “lleva meses y meses sin ver”. Este jueves confiesa que se siente afortunado por “por fin poder volver porque ya estaba muy desesperado y mal”.
“El sábado me llamaron y no veas, me puse a llorar, temblar, de todo, sentí de todo”, comenta Mohamed, tras lo que ha criticado que “los billetes son muy caros y llevamos meses aquí muchos casi sin dinero y deberían de haberlo tenido en cuenta”.
“La gente está respetando todas las medidas, siempre hay algún despistado, pero casi la mayoría de las personas llevan mascarillas”, ha concluido “alegre” porque sabe que cuando llegue a Málaga cogerá su coche y “en pocas horas estaré en casa después de tanto que hemos pasado aquí”.
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