Pocas horas e incluso minutos después de las diez de la noche y ahora ya, de las once de la noche. Los delincuentes no paran en casa para respetar el toque de queda y no ser interceptados por incumplir las restricciones de movilidad a causa del COVID-19 en Ceuta. Ahora, apenas hay grandes cosas que hacer y son los
bares y restaurantes de la ciudad, así como los pub del
Poblado, los que están sufriendo numerosos robos.
“Este pasado domingo de madrugada robaron en otro negocio local en el centro y hace un tiempo forzaron otro y entraron en una pizzería del Poblado. Desde que impusieron el toque de queda estos incívicos no paran de hacer estragos en nuestros locales. Aprovechan cuando cerramos todo y nos vamos para hacer lo que quieren”, comenta uno de los dueños de un pub del Poblado Marinero.
Tanto los hosteleros como los dueños de pub y locales se sienten “desamparados” y piden “más seguridad y vigilancia policial” de sus locales tras el cierre y el comienzo del toque de queda. “A partir del toque de queda salen a robar en los negocios aprovechando que no hay nadie por la calle. Llevan más de 15 robos en cadena en bares y en locales de ocio nocturno”, denuncian.
Renovarse o morir. Nunca esta frase ha tenido tanto sentido para el ocio nocturno en Ceuta. La covid ya se ha llevado por delante algunas discotecas míticas y, si el toque de queda se mantiene durante mucho más, amenaza con ser la puntilla para el sector. “Estamos en la ruina”, afirman los hosteleros.
Los empresarios lamentan que el sector del ocio nocturno “es el último en abrir y el primer en cerrar” y, si la situación no mejora, consideran que “la inmensa mayoría” de los locales se va a ver condenado al cierre. “El futuro está muerto. A corto plazo, no lo hay y, a largo, no sabemos qué va a pasar, hay mucha incertidumbre, así que no se puede tener visión de futuro”, comenta otro hostelero.
Sin discotecas ni pub hasta altas horas, las “fiestas en casas” están a la orden del día. “La gente a partir de las once de la noche se está yendo a casas a seguir con la fiesta y haciendo botellones. Nosotros a la gente la tenemos súper controlada con sus mascarillas, geles y de todo, pero es ahí donde están los focos. Muchos locales no hemos ni ampliado las mesas y solo dejamos a cuatro comensales. Pero tenemos miedo de que ahora después de Semana Santa haya otra subida grande y la vuelvan a pagar con nosotros”, lamentan desde el sector.