El Obispado de Cádiz y Ceuta
ha salido al paso de las críticas vertidas por la no cesión de la residencia Nazaret para la acogida temporal de
menores extranjeros no acompañados. Y lo hace argumentando que dichas
instalaciones se encuentran en un estado "ruinoso e inhabitable", razón "por la que tuvieron que ser canceladas". En los años posteriores a su desalojo en el año 2015 "el deterioro se ha agravado y no pueden ser habitadas sin una profunda remodelación, y sería asumir un riesgo sin las garantías necesarias para la integridad de las personas", detalla. Durante todos estos años, después de la salida de los ancianos que ocuparon las nuevas instalaciones de Gerón, se ha optado por dejar la residencia sin uso y el estado actual es el del abandono, ya que ni siquiera se adecenta por fuera y está llena de maleza. El
Obispado se aferra a ese estado para no darle uso, estado que hace perdurar en el tiempo sin ordenar una reforma integral desde su desalojo. En un comunicado el Obispado señala además que "en ningún momento de esta crisis migratoria las autoridades de Ceuta han solicitado a la diócesis las instalaciones de Nazaret; por tanto, no es cierto que la iglesia diocesana se haya negado a ceder dicho inmueble para acoger a los menores, porque nadie lo ha solicitado". Fuentes de la Ciudad Autónoma indican que sí se solicitó, además de ser un asunto que ha trascendido a la opinión pública con la petición cursada por Caballas y llevada a pleno. La diócesis de Cádiz y Ceuta dice que trabaja intensamente con los emigrantes, a los que socorre en las dos orillas del Estrecho. "En el curso pasado atendió cerca de tres millares de migrantes de diversos modos y en sus variadas necesidades", aclara, sin especificar donde los atendió y, en el caso de Ceuta, a qué millares se refiere. "En la reciente crisis migratoria", añade, "la iglesia de Ceuta ha estado permanentemente presente, desde el inicio, atendiendo con ayuda humanitaria a los emigrantes, tanto adultos como menores, y en permanente colaboración con las autoridades de la ciudad. Tanto la Delegación de Migrantes con sus trabajadores en sus instalaciones como Cáritas Diocesana han socorrido a diario a centenares de emigrantes. Durante muchos días los voluntarios han repartido 600 y hasta 700 bolsas de comida, y se ha hecho una llamada a colaborar en la que han participado personalmente o con sus numerosos bienes, también de Cádiz y de otras diócesis", sentencia. En las informaciones publicadas en ningún momento se ha negado que haya habido asociaciones que han atendido con reparto de comida a los inmigrantes, centrándose las mismas en la negativa a dar uso a Nazaret, residencia que, a la vista de la respuesta del Obispado, está deteriorada y cada vez lo estará más ya que no se interviene para solucionarlo y darle un uso. Añade el Obispado que esta actividad de la Iglesia de atención a los demás "ha sido alentada y acompañada desde el primer momento por el señor obispo que se ha desplazado tres veces en un mismo mes a la ciudad y se ha reunido con los equipos y hecho presente en las actividades, incluso en el reparto de alimentos, siempre en continua comunicación con las autoridades locales así como con Cáritas Nacional y el Departamento de Migraciones de la Conferencia Episcopal Española", zanja, defendiendo así a Rafael Zornoza.