El Obispado de Cádiz y Ceuta ha ordenado la ejecución de trabajos de conservación y mantenimiento en la antigua
Residencia Nazaret ubicada en la carretera de subida a los pantanos, donde las escaleras ubicadas entre la capilla del complejo y el vial presentaban riesgos de seguridad por derrumbamiento. Así lo han indicado fuentes de la Diócesis, que han negado que las labores en ejecución vayan a conducir a la demolición de los inmuebles que permanecen vacíos desde hace ocho años, cuando se materializó la apertura de la Residencia Gerón del
monte Hacho y se consumó la clausura de la que había puesto en marcha la Pía Unión Fraternidad de Cristo. La finca permanece desde entonces en estado de abandono, con los huecos de puertas y ventanas de todos sus edificios tapiados para prevenir su okupación.
La Iglesia intentó durante la tramitación del nuevo Plan General de Ordenación Urbana (
PGOU) de la Ciudad cambiar la calificación del posible uso de la parcela de genérico para equipamientos a
comercial o residencial, pero la administración local rechazó sus reivindicaciones. En el documento al que la Administración General del Estado ya ha dado su visto bueno definitivo se mantiene esa tipificación, por lo que en el solar solamente se podría ubicar actividades de carácter público o privado destinadas “a la formación intelectual, asistencial o administrativo de los ciudadanos” y “necesarias para asegurar la funcionalidad urbana” con hasta un 30% de compatibilidad con otros usos.
El Obispado se ha negado en repetidas ocasiones durante los últimos años a llegar a acuerdos con la Ciudad para disponer de espacios como la antigua Residencia Nazaret para solucionar o paliar los problemas que para la acogida de menores migrantes no acompañados, por ejemplo, se ha encontrado en los momentos de mayor presión asistencial, como durante la crisis migratoria de mayo de 2021.