De nuevo, la situación en la que se encuentran los trabajadores de la empresa de limpieza y recogida de basuras no es buena. El descontento de una buena parte de la plantilla es patente, los recortes llegan en forma de incumplimiento del pliego de condiciones y, con ello, la precariedad y las malas condiciones de estos empleados que, por esta causa, se ven obligados a desarrollar su labor sin los medios necesarios que los pone en riesgo diariamente.
La falta de contenedores hace que la labor de estos trabajadores, ya penosa, resulte aún peor. Una pena, la indiferencia con la que se trata a una plantilla de empleados que todos los días se tiene que enfrentar a una de las peores tareas que existe en el mundo laboral.
El binomio presión/negociación lo conocen bien estos trabajadores, pues sin lo primero, a día de hoy, estarían francamente mal. Lo conseguido hasta ahora no ha sido fruto de la generosidad empresarial precisamente; sólo la determinación y unidad del colectivo lo ha hecho posible. Por ello, este personal está forjado y preparado en conflictos y medidas de presión, pues más temprano que tarde son puestos a prueba una y otra vez. La cicatería y la picaresca de la empresa los sitúa en el disparadero permanentemente.
La falta de contratación pactada para los días festivos es otra de sus reivindicaciones. La escasez de personal en estos días está resultando evidente para el ciudadano, aunque, a pesar de ello, la respuesta de los representantes de la ciudad es bastante lasa o nula ante este hecho.
Quizás muy pronto, los trabajadores de TRACE se vean obligados a la puesta en escena de su disconformidad. En pocas fechas podemos asistir a concentraciones y manifestaciones. Quizás también se vean abocados a llevar a cabo medidas de presión más drásticas. La vulneración constante de acuerdos y obligaciones por parte de la empresa no es nada bueno y obliga a los trabajadores a tomar posiciones generando en ellos el consiguiente malestar personal que esto conlleva. Por eso, tal vez, se debiera plantear de una vez por todas la municipalización de estos servicios, cuestión que estaría plenamente justificada. De todas maneras existen empresas en esta ciudad con menos razón de ser municipal que la de recogida de residuos y limpieza pública viaria, la cual debería contar con todas las garantías.
Se podría ahorrar dinero, el sistema de cobertura de la plantilla se haría como le gusta decir al Sr. Vivas, “con claridad y transparencia” a través de oferta pública y se eliminarían las sospechas de negocio sucio y tramposo que hay siempre detrás de cada concesión.
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