Durán en sus inicios sí se lo planteó. Sí quería ser hermano mayor del Santo Entierro. Sin embargo, cumplir años barrió esa energía propia de la juventud. Lo que no sabía José María Durán es que el cargo finalmente caería en sus manos. La cofradía de Ceuta está a cargo de este apasionado hermano.
Su mayor objetivo no es otro que el de abrir las puertas de la hermandad a todos los ceutíes que quieran conocerlo. Quiere derrumbar cualquier imagen de hermetismo que pueda transmitir la corporación y darle una mayor visibilidad.
Sobre todo, su aspiración es reflotarla y darle un vuelco, ya que cree que el cambio sí es necesario. Cuenta en el camino con un equipo con el que se siente arropado. “La junta que tengo es bastante buena. Muy trabajadora. Está siempre ahí. Cada uno en su puesto”, comenta.
Inicio
Todo comenzó ante lo que se dibujó como una crisis en la hermandad del Santo Entierro. La preocupación se hizo patente entre los hermanos e incluso hubo una reunión de urgencia para dialogar sobre el futuro.
Temían que la dimisión del hermano mayor que lo antecedió diera por terminada la histórica vida de esta hermandad. Ante la adversidad, él se lanzó y decidió hacerse con esta posición.
De hecho, se lo sugirieron al principio, aunque se negó. Se define como una persona “tímida” y eso le hizo detenerse en primera instancia. Finalmente, su amor por la hermandad que lo acogió hace años venció a esas dudas y se presentó como candidato.
Su elección quitó del peligro a la longeva corporación y ha abierto una ventana nueva. Se siente lleno “de ganas y de ilusión”. Ambas son el motor que lo impulsan a proponer ideas o a estudiar las que sugieren sus compañeros.
Apertura
Considera que precisa de un cambio de aire tras los últimos años. “Estoy aquí de siempre. Antes se iba a la Casa de Hermandad dos semanas antes de la salida para dar las túnicas y ya está. Ahora lo que se busca es hacer alguna convivencia”, cuenta.
“Hablar entre los hermanos más a menudo. Hacer cosas de ese estilo para que se haga más hermandad”, explica. Él mismo invita a todo el que esté interesado a participar con ellos o simplemente a hacer una visita para conocerlos más.
“Quiero que sea una cofradía abierta. Que venga quien quiera, que esté con nosotros y que viva la experiencia”, detalla. Es más, estima que no está reñido ser una hermandad solemne con pasar buenos momentos fuera del culto o de la procesión.
“Esta debe darse en el Viernes Santo, pero no tiene por qué estar el resto año”, menciona. No es nuevo en el Santo Entierro. Lleva mucho en su seno. Ha sido testigo de muchos momentos de la hermandad y viene con fuerza para darlo todo por ella.
Primeros meses
Le viene de familia su profesión por los titulares de la hermandad del Santo Entierro. Es más, considera que para ser hermano mayor ese es uno de los requisitos indispensables. “Lo más importante es tener fe y devoción por ellos. Eso al menos. Vivir la Semana Santa creo que también es importante para serlo. Darle valor a todo esto”, cuenta.
Comenzar no fue sencillo. “Es verdad que recuerdo los primeros meses y ahí sentía miedo. Pensaba a ver dónde me he metido y cómo sale todo, pero más allá de eso, estoy muy contento. Tengo ganas y no solo yo, toda la junta”.
“Ahora mismo hay que levantarla. Seguir trabajando, hacer cosas nuevas. Hay ya proyectos en mente, estamos estudiándolos”, señala. Sin embargo, todavía es pronto para hablar de iniciativas definidas.
Semana Santa
La organización de la Semana Santa le ha pillado de sorpresa. La cuenta atrás ya estaba iniciada a su llegada. Las hermandades dedican meses enteros a tenerlo todo al punto para la ocasión.
Él y su recién equipo de Gobierno han contado con menos de lo común para sacar adelante el gran día de la cofradía. Todo va viento en popa. Las túnicas ya han comenzado a repartirse.
Preparan flores y cirios. Las velas de la virgen están a la venta y, entre toda esa amalgama de arreglos, aún tienen tiempo de introducir novedades para hacer aún más especial la salida procesional de este 2025.
Obsequios
La virgen llevará un pañuelo de seda comprado en Sevilla y el Cristo nuevos cojines. Todos ellos donados por los integrantes de la Junta que, con cariño, han querido tener este obsequio.
“Nos hemos dedicado más bien a todo esto porque si no, nos pillaba el toro”, aclara. Cuando finalice el Viernes Santo tendrán tiempo para, relajadamente, tratar diferentes asuntos.
Tienen intención de reactivar el grupo joven, de potenciar más las redes sociales y de construir más lazos con el resto de cofradías. Durán quiere que su hermandad, ahora capitaneada por él, esté en el escaparate del mundillo en Ceuta.
Recobrar la mantilla
Ya ha dado algunos pasos. Uno de ellos es la recuperación de las mantillas. Ya son unas ocho mujeres las que se han lanzado a desarrollar de nuevo esta tradición que se había perdido hacía ya unos años.
A estos se une la reactivación de los espacios online. Ya han anunciado distintos actos importantes como la recogida de túnicas o los ensayos. Referido a esto último, cuentan ya con costaleros y están de ensayos.
No están en las cifras más idóneas. Es más, cree que están “al límite” y que les harían falta un par de manos más, pero tampoco le extraña la situación. Estima que en la ciudad es un asunto recurrente y que más de una hermandad ha podido verse en esta tesitura en algún momento de su existencia.
Nueva vida
Las propuestas para incorporar actividades o renovar los aires no faltan en este Santo Entierro con una cara más joven. Durán se siente satisfecho porque tanto él como el equipo ya han recibido buenos comentarios sobre su labor “a pesar de ser jóvenes”. El que más tiene alcanza los cuarenta.
El Santo Entierro se abre paso tras un momento difícil. Sale ileso de un by-pass que se antoja como un punto de partida para resurgir y fortalecerse más aún.
Felicidades y mucho ánimo para ti y tu equipo! Rezaremos para que todo vaya bien!
Mis mejores deseos para esa "savia nueva" en la Hermandad, tenemos una Semana Santa de alto nivel, y es bueno que todos los caballas nos impliquemos en cuidarla y ofrecerle todo nuestro apoyo.