Andalucía cuenta a partir de este martes con 45 nuevos jueces que ocuparán Juzgados unipersonales que se encontraban vacantes, entre ellos el Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 4 de Ceuta. De esta manera, los 45 nuevos jueces que han prometido o jurado este martes sus cargos, todos ellos actuarán como titulares de distintos Juzgados unipersonales repartidos por todas las provincias andaluzas, Ceuta y Melilla.
Así, los 45 nuevos jueces irán destinados a Juzgados de Almería (12), Cádiz (12), Ceuta (1), Córdoba (5), Granada (2), Huelva (6), Jaén (1), Málaga (1), Melilla (1) y Sevilla (4). Andalucía, junto con Cataluña, es la comunidad a la que han sido destinados más jueces de la 70 promoción, ya que a Cataluña irán 73 jueces y a Andalucía 45.
De los 45 nuevos jueces, hay 31 mujeres y 14 hombres, por lo que las primeras representan casi un 69 por ciento del total. Los 188 nuevos jueces de la 70 promoción son mayoritariamente mujeres, ya que representan el 71,2 por ciento del total.
Teniendo en cuenta el lugar de residencia habitual, Andalucía vuelve a ser la comunidad autónoma que más jueces aporta (48). Le siguen la Comunidad Valenciana (23), Madrid (22), Castilla y León (16), Cataluña y Galicia (11 cada una), Asturias (10), Aragón (9), Murcia (7), Extremadura y Canarias (6 cada una), Cantabria y País Vasco (5 cada una), Baleares y Navarra (3 cada una), Castilla-La Mancha (2) y Ceuta (1).
Vocación e integridad en el servicio público
En el acto de jura o promesa de sus cargos ante la Sala de Gobierno del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía, el presidente, Lorenzo del Río, les ha recordado el compromiso y la responsabilidad que debe presidir su labor jurisdiccional. En este sentido, ha recordado a los nuevos jueces que deben comprometerse “con una función de servicio público entorno a un ideal de justicia”, ser siempre “fieles a la vocación de jueces, íntegros y honestos”.
Les ha animado a ejercer la judicatura “con ilusión y humanidad” y donde estén siempre presentes valores como la cercanía, integridad e independencia. En esa línea, ha señalado que la Justicia no es compatible con el desánimo ni el pesimismo, por lo que “aunque tengáis problemas, porque hay muchos déficits: materiales, de personal, de infraestructuras, de leyes procesales obsoletas; debemos mantener la ilusión por prestar un buen servicio a los ciudadanos”.
Sin juristas entre los familiares directos
De los nuevos jueces de la 70 promoción, la media de edad de los alumnos es de 28 años, aunque el más joven tenía 23 años al ingresar en la Escuela Judicial y el de más edad, 44. La mayor parte de ellos contaban entre 25 y 31 años cuando, hace dos años, empezaron esta fase de su formación como jueces, una profesión a la que más de la mitad (el 53,26 %) decidieron dedicarse mientras cursaban la carrera de Derecho. Un 30,98 % tomaron la decisión antes de empezar sus estudios universitarios y un 14, 13 %, al terminar la licenciatura.
Durante la etapa de preparación de la oposición, la inmensa mayoría (94,57 %) contó con el apoyo económico de sus padres. Algo más de un tercio de los alumnos de la promoción han trabajado con anterioridad: el 22,34 % en un sector ajeno al ámbito jurídico y el 12,77 %, vinculado al ámbito jurídico. El 57,45 % no ha trabajado antes.
La tradición familiar no es el elemento determinante que llevó a los nuevos jueces y juezas a elegir la profesión. Las tres cuartas partes de los integrantes de la promoción (74,46 %) ni ha tenido ni tiene familiares (hasta el segundo grado de consanguineidad) que ejerzan o hayan ejercido una profesión jurídica. De los que sí los tienen o han tenido, en el 4,89 % de los casos son jueces o magistrados y en el 20,65 % desempeñan otra profesión jurídica.
Profesión vocacional
Las razones que más han pesado en la elección de la profesión de juez tienen que ver con la vocación por el derecho y por el ejercicio de la función jurisdiccional. Así, un 96 % de los alumnos han elegido ser jueces porque les gusta el derecho. De ellos, se muestran muy de acuerdo con esta afirmación el 76 % y bastante de acuerdo, el 20 % restante.
De forma similar, la función del juez como garante de los derechos fundamentales es otro de los motivos que más han influido en los integrantes de la promoción a la hora de encaminar su vida profesional. Así, se muestra muy de acuerdo con esta idea el 70 % y bastante de acuerdo, el 26 por ciento.
La independencia y la imparcialidad de la función judicial fue el principal atractivo de la profesión de juez para el 62 por ciento de los encuestados. Bastante de acuerdo con esa afirmación se ha mostrado también otro 32 % de los alumnos.
Finalmente, casi la mitad de los nuevos jueces y juezas (49 %) eligió la profesión para contribuir en la lucha contra la delincuencia. Un 37 % más se sienten bastante identificados con esta opción.
El elemento determinante para ser juez fue el hecho de encarnar un poder del Estado para el 36 % de los alumnos; para un 42 %, la estabilidad en el empleo y la contribución con un servicio público fue la principal razón para un 52 por ciento. Las condiciones económicas de la profesión fueron la opción más elegida por un 44 por ciento de los encuestados.
El área Penal vuelve a ser la más atractiva para los nuevos jueces y juezas. El 29 por ciento de ellos querría ejercer en ese orden jurisdiccional en el futuro. Por orden de preferencia, le siguen el Civil (17,54 %), Menores (12,53 %), Familia (11,69 %), Violencia sobre la Mujer (10,65 %), Vigilancia Penitenciaria (6,68 %), Social (4,59 %) y Contencioso-Administrativo (3,34 por ciento).