No es que la libertad sea un desastre, todo lo contrario, pero el polideportivo de La Libertad lo es, y un desastre de consecuencias imprevisibles, donde se encuentran un elevado número de personas en condiciones infrahumanas, inmigrantes y transfronterizos, que un día sí y otro también son noticia por altercados, robos alteraciones del orden y multitud de quejas de los vecinos colindantes con este recinto deportivo.
No se puede consentir ni un día más esta situación que puede resultar y desembocar en un atentado grave contra la salud pública y más atravesando una época de graves consecuencias infecto sanitarias como la que estamos atravesando con el maldito Covid-19. La ciudad se ha hecho cargo de estas personas y de los gastos que supone el mantenimiento de esta grave situación que, dado su elevado número, supone un alto coste para los ceutíes, fondos que deberían destinarse a las familias ceutíes necesitadas en estos momentos tan graves que vivimos y no digo que no sean atendidas sus necesidades, pero que asuma esa responsabilidad quien ostenta las competencias en inmigración, que no es la ciudad es el Gobierno de la Nación, a quien corresponde su atención o su repatriación a su país de origen.
Los vecinos de las barriadas colindantes ya claman porque la seguridad y la tranquilidad retorne a sus domicilios, viven con miedo y en una situación que no debe prolongarse en el tiempo ni un día más o es que tienen razón los que dicen que Ceuta es especial por el abandono que sufre.
Necesitamos el apoyo, la ayuda y la comprensión del Gobierno de España y sobretodo la resolución de los graves problemas a los que nos enfrentamos los ciudadanos de esta bella ciudad y ahora, igual que el resto de ceutíes, en estos difíciles momentos que atravesamos, exigimos que se transfieran los 7.2 millones de euros destinados a servicios básicos, agua y frontera, que se adeudan a Ceuta. Somos un pueblo pequeño pero enormemente grande en historia, en honor y lealtad y tan o más españoles que los vascos y catalanes.