Un nuevo fallecimiento a causa del
coronavirus ha sacudido a Ceuta en esta recién estrenada rutina en la vuelta de las vacaciones de verano. Si en la primera semana de septiembre ya lamentábamos dos víctimas mortales, hoy lunes 27 de septiembre los ceutíes vuelven a estar de luto por esta nueva muerte, la número 129 de la
pandemia. Se trata de un hombre de alrededor de 70 años que ha fallecido en el Hospital, donde llevaba tiempo ingresado. El COVID-19 no entiende de periodos de asueto y la quinta ola, que en Ceuta ya ha terminado, de hecho la ciudad se encuentra en nivel de Alerta 1, se ha cobrado una docena de vidas desde el pasado julio. Esta onda epidémica registró nuevos repuntes de casos y arrasó con la vida de hombres y mujeres todos ingresados en distintas áreas asistenciales del Hospital Universitario del Instituto Nacional de Gestión Sanitaria (
Ingesa). Aunque más acostumbrados a que este tipo de pérdidas se den entre la población más mayor, ya que desde el inicio de la pandemia ha sido la más castigada, también afecta a la franja poblacional más joven que está siendo afectada por el virus en esta última etapa de la pandemia, como ya ocurrió
con una víctima que tan solo contaba con 28 años. Mientras que en junio solo hubo que llorar una muerte y la evolución de la pandemia era favorable para relajar las restricciones vigentes hasta apenas unas semanas antes, las vidas que segó el COVID-19 fueron en aumento con dos fallecimientos en julio y ocho en agosto. La larga sombra del coronavirus se cierne de nuevo sobre los ceutíes este septiembre, del que ya tenemos que sentir tres muertes, la última este lunes, la número 129. Todo, cuando la pandemia parecía arreciar, una vez superada la quinta ola y abandonado el nivel de alerta 2. Una mejora en los datos que ha propiciado que
se eliminen casi por completo las restricciones en el ocio nocturno. El índice de letalidad de la enfermedad, a 1 de septiembre, se sitúa en el 1,7 por ciento, justo en la media nacional. No obstante, son muchas las familias, amigos y conocidos que nunca se recuperarán de estos mazazos que, unos con nombres y apellidos por todos conocidos y otros desde el anonimato, han causado un enorme dolor del que nunca se repondrán.