“Nuestro objetivo es humanizar la información sobre la inmigración”

Recién llegado de Japón, donde ha cubierto los efectos del terremoto y el desastre nuclear, el periodista de la Cadena Ser Nicolás Castellanos conversa con ‘El Faro’ sobre cuestiones de actualidad y la ponencia que impartirá mañana en el VII Congreso de Periodismo, ‘¿Qué ocupa la inmigración en la información?’.

–¿Qué ideas transmitirá mañana en el Congreso?
–Llevo dedicado a la información sobre inmigración desde 1999 y he recorrido todos los países del África Occidental para intentar poner respuestas a las preguntas de por qué vienen, cómo vienen, qué dejan atrás, etc. Ello para humanizar el fenómeno porque tradicionalmente los medios de comunicación hablan de la inmigración de una forma fría y pocas veces se analizan las causas. El objetivo es humanizar la información sobre inmigración más allá de los números y de la visión policial y militarista.
–¿Cómo se plasma en la realidad ese trato más humano?
–Nosotros lo plasmamos visitando los países y hablando con la gente aquí en España. Los primeros años fuimos a todos los países de origen para intentar comprender los motivos. Un ejemplo claro fue hacer un programa en 2006 en un suburbio de Dakar de donde salían los jóvenes de la capital senegalesa. Volviendo a la actualidad, llevamos dos años denunciando las redadas en España y la situación en los centros de internamiento que son cárceles. Hablamos con la gente que nos transmite que el criterio para cogerlos por las calles es racial, algo absolutamente prohibido. Más allá de hablar de la inmigración como algo que influye en nuestra sociedad de manera negativa, nuestra visión es que son nuevos ciudadanos y no podemos obviarlos. Nuestra apuesta es ir integrando a los inmigrantes a los foros de opinión normales que hay en la radio.
–¿Cómo ve la situación de la inmigración en Ceuta y Melilla?
–La situación está mucho más tranquila de lo que fue hasta 2005. Ceuta y Melilla fueron el primer baluarte de la militarización de la frontera europea. En las dos ciudades se ensayaron muchas políticas restrictivas que ahora están en marcha en otros puntos de Europa. Por ejemplo, Grecia está planteándose construir una valla similar a las de Ceuta y Melilla. Entiendo que se tenían que tomar medidas y que había que regular la situación, pero no me gusta como ciudadano que el criterio para que la gente entre o no a un territorio europeo sea el de una valla.
–Parece que el Frente Nacional resurge en Francia, ¿qué fuerza real tiene el discurso antiinmigración en Europa?
–La ultraderecha está consiguiendo introducir su mensaje porque en épocas de crisis el inmigrante compite de igual a igual, es lógico que se genere cierta disputa por los puestos de trabajo. ¿Qué hace la ultraderecha? Azuzan los bajas pasiones, criminalizan y difunden estereotipos. Otro argumento que también utilizan los ultras es que la inmigración satura los recursos sanitarios y educativos. Falso, los estudios demuestran que los inmigrantes utilizan menos la sanidad y los recursos educativos públicos, pero el mensaje ha calado. En este punto tenemos que reflexionar los medios de comunicación y no dar tanta importancia a mensajes racistas o xenófobos. Si hubiera un partido que promoviera la violencia de género tendríamos mucho más cuidado a la hora de titular, pero con la inmigración los medios no estamos tan alerta.
–Cambiando de tema, usted acaba de volver de Japón, ¿qué se ha encontrado allí?
–Me he encontrado un país que está atemorizado, angustiado por todas las noticias. Primero el terremoto y maremoto que causaron casi 30.000 muertos y desaparecidos. Y luego la crisis nuclear que parece que ya no está tan fuera de control como hace unos días. El gran problema ahora es la angustia de saber qué alimentos se pueden consumir.