El trío de músicos de jazz actuó anoche en el Teatro Auditorio del Revellín.
El jazz es sinónimo de libertad. Eso es indiscutible. Pero quienes asistieron anoche al concierto de David Pastor & Nu Roots en el Teatro Auditorio del Revellín, exploraron una nueva dimensión de un privilegio que no está al alcance de cualquier músico.
Este trío de concepto básico, aunque enfocado a las nuevas tendencias sin olvidar las raíces del género, transmitió su felicidad al respetable, que degustó su fusión de jazz y electrónica. La trompeta de Pastor paseó al público por piezas latinas, brasileñas e incluso de pop rock filtradas a través de la óptica del jazz.
Un viaje que hubiese resultado incompleto sin las texturas sonoras y rítmicas de Toni Pagès –a la batería y laptop– y de José Luis Guart –al piano eléctrico, órgano y teclados–. Dos virtuosos en sus respectivos campos que se han aliado, sin discriminar estilos, en una banda en la que, como ellos mismos reconocen, “cada día ocurre algo nuevo”. En estas ‘nuevas raíces’, quienes presenciaron su actuación, encontraron una descarga de jazz y groove en un discurso refinado y brillante.
El jazz es arte y bien universal. La Unesco designó oficialmente el 30 de abril –este sábado– como Día Internacional de este género musical por su promoción del diálogo entre culturas, de la diversidad y la promoción de la libertad de expresión. La Consejería de Educación y Cultura y La Coctelera ha querido rendirle homenaje con el concierto de David Pastor & Nu Roots, un trío que sin olvidar el pasado del jazz, mira hacia el futuro.
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